El prestigioso director Antoni Ros-Marbà dirigirá el próximo concierto de abono de la Orquesta de Córdoba, titulado Homenajes, recibiendo él así también su merecido reconocimiento por su larga y fértil carrera. Figura fundamental en el mundo musical español desde los años setenta del siglo pasado, Ros-Marbà nos visita en su doble condición de director y compositor. Su labor al frente orquestas como la Ciudad de Barcelona o la Nacional de España entre los años setenta y ochenta le llevó a ser invitado a dirigir formaciones europeas y americanas entre las que destacan la Filarmónica de Berlín o la London Philarmonic.

Nacido en Barcelona en 1893, Frederic Mompou i Dencausse estudió en el Conservatorio del Liceo y en París, de donde volverá a Barcelona en 1941. La obra que escucharemos, Compostela, fue compuesta en 1962, en relación con su participación en los Cursos Internacionales de Música de Compostela, a los que era asiduo invitado de Andrés Segovia, a quien está dedicada.

FOLCLORE GALLEGO // Inspirada en el folclore gallego, en ella se aúnan los sonidos y modos característicos de la música española y gallega. Las sutiles y evocadoras armonías y su minimalismo formal son sello reconocible de su autor. Originalmente escrita para guitarra, la versión orquestal que escucharemos procede de una instrumentación de Antoni Ros-Marbà. Con Tres homenajes a Toldrá, Mompou y Montsalvatge, obra compuesta en 2017, Ros-Marbá trazará el bucle de perfecta geometría del compositor que dirige su propia obra. La pieza se dispone en tres movimientos, cada uno de los cuales evoca la música y la figura de cada compositor homenajeado.

La Sinfonía nº1 en si bemol mayor, op. 38, Primavera de Robert Schumann data de comienzos de 1841 y fue esbozada en tan sólo cuatro días, instrumentada a finales de enero, terminada el 20 de febrero y estrenada en Leipzig el 31 de marzo bajo la dirección de Félix Mendelssohn. Robert y Clara, recién casados, pasaban una época de completa felicidad. Una anotación en la partitura copia un verso de Adolf Böttiger: «En el valle florece la primavera», que parece anticipar la espontaneidad y frescura juvenil de esta sinfonía.

El ya maestro del piano y del Lieder abordó con tal ansiedad la forma sinfónica que declaró que estaba «tentado de destruir» su piano, ya que era «demasiado estrecho para contener» sus ideas. Y es cierto que necesitaba amplitud sinfónica para desplegar la solemnidad, el ardor juvenil, la ensoñación, el lirismo, las luces y las sombras que habitan esta obra.

Sin embargo, no todo es inspiración y genio; la Primera Sinfonía obedecía, según Gallois, a una triple motivación: seguir los consejos de Clara y buscar nuevas formas de expresión, imitar a su amigo Mendelssohn y medirse con él y sobrepasar a los maestros clásicos y tratar la sinfonía como músico romántico.

CÓRDOBA

GRAN TEATRO

JUEVES 12

20.30 HORAS