CÓRDOBA

TEATRO DE LA AXERQUÍA

SÁBADO 23

22.30 HORAS

Todo un mito que vuelve a la carretera, si es que algún día se fue, con la gira de su nuevo disco, titulado Geometría del Rayo, su séptimo vástago. Una gira que incluye a Córdoba entre más de una veintena de ciudades, donde, en muchas de ellas, ofrecerá más de una fecha. Con uno de los nombres más frecuentes en la toponimia ibérica, García, atípico líder entre líderes, mantiene un pulso con los tiempos que corren y lo gana una y otra vez. Proviene de aquella época en la que descubrir era un triunfo, y en la que saber poner en práctica las emociones buscadas y encontradas, una virtud. Él es de esas rara avis que no comulgan con ruedas de molino, y que traslada el sentimiento a primera línea, sin modas, sin subterfugios ni fuegos de artificio que no sean música y textos a ras de suelo y a flor de piel. Un monumento viviente a tantos y tantos Manolos Garcías.

Lo lleva haciendo décadas y no conoce el tropiezo, porque no está en su vocabulario. Su sentido del arte (también pinta) tiene la desnudez necesaria para deambular ufano allá por donde le reciban. Ha sido todo un icono de cordura dentro de una industria con los lógicos visos de frivolidad. A Manolo García no han parecido afectarle ni el paso del tiempo ni nada que se pueda tildar de fugaz o efímero. Sus discos destilan esa honestidad que parecía naufragar entre estilos más o menos poderosos, según se mire.Después de su exitosa gira Todo es ahora del pasado año, en la que ofreció una singular propuesta con doble banda y que le reportó el unánime reconocimiento de crítica y público, el músico vuelve de nuevo a los escenarios colgando una vez más en casi todas sus citas el cartel de «entradas agotadas». Son dos décadas de singladura en solitario después del inolvidable El Último de la Fila, que tantas alegrías cosechó y proporcionó a cientos de miles de seguidores, sin olvidar antes a Los Burros y Los Rápidos, escalones anteriores quizás necesarios para haber forjado a este descomunal artista, hoy en día aún engrosando muchas de sus emblemáticas canciones el repertorio de la gran cantidad de bandas que le rinden tributo a él o a aquella prolífica etapa de la música española.

Grabado entre Rhinebeck (NY) y Girona, en Geometría del Rayo el músico barcelonés nos entrega nuevas dosis de deslumbrante ingenio. De su inagotable talento brotan canciones con sabor a clásicos con pasmosa naturalidad. Se abre el cofre de su imaginación y surgen tesoros como estos dieciséis que aquí reúne. Como siempre, para su minucioso trabajo de grabación y mezcla, Manolo García se ha rodeado de grandes profesionales tan cercanos como Carlos Benavent, como, en el mapa, algo menos como la batería Sarah Tomek, por nombrar sólo dos de un largo elenco entre los que no faltan sus habituales.