Luis Ángel Pastor Rodríguez sí responde a la descripción primigenia de cantautor al uso, de aquellos trovadores de la transición política española que adornaban y criticaban, guitarra en mano y por medio de la palabra cantada, los posibles desmanes políticos y sociales de una época pasada que irremediablemente se rememora mientras pasa el tiempo hacia supuestos progresos.

Hoy, a sus 67 años, sigue cursando la senda del compromiso social y las libertades desde una madurez que no pierde ni un ápice de lucha activa y poética, y llega a Puente Genil a mostrar su sólido repertorio, labrado desde que era casi un niño, cuando compró su primera guitarra a sus 16 años con el sueldo de botones de una compañía aseguradora, su trabajo tras dejar el colegio.

Viajó antes desde su pueblo, Berzocana, en Cáceres, a Madrid, donde se instala a principios de los años sesenta. A los 17, descubrió la poesía a través de un disco de Paco Ibáñez y empezó cantar en la iglesia de su barrio, en centros juveniles y en casas particulares, canciones sobre la España desasistida del momento. Pronto, a los 20, y tras haber actuado por varios centros de inmigrantes por toda Europa, decide dedicarse por completo a su música.

La censura de la época lo trata de forma desigual a lo largo de su carrera, fueron vetadas varias de sus composiciones durante algunos de los gobiernos de la transición, censura que también ha seguido sufriendo recientemente en Madrid, donde no le permitieron hacer un concierto con su hijo Pedro. Pero también fue contratado por el ente público de Radio Televisión Española para un programa que supuso un gran espaldarazo para su carrera, donde los lectores de más edad recordarán que Pastor interpretaba a un ciego, con gafas redondas y oscuras, que cantaba coplillas en la calle sobre los problemas actuales de la sociedad española del momento.

En la actualidad, cuenta ya con casi una veintena de discos, entre los que encontramos algunos recopilatorios que ha compartido a dúos con nombres tan ilustres de la escena española e internacional como Pedro Guerra, Javier Álvarez, Miguel Ríos, Leo Minas, João Afonso, Luis Barbería, Bebe, Lourdes Guerra, Dulce Pontes, Bidinte, Martirio, Leo Minax y Chico César.

Luis Pastor es un artista comprometido desde siempre, hasta la médula, político, emblema vallecano del antifranquismo de entonces y defensor de los ideales de la izquierda. La música y el verso son siempre las armas que esgrimen esta raza, casi extinta, de auténticos luchadores por unos ideales que nunca considerarán del lado de las utopías porque su pasión y lealtad a ellos es su fuente principal, y casi inagotable, de inspiración.

Puente Genil

Teatro Circo

viernes 1

21.30 horas