Hoy, a las 21.30 horas, la compañía Teatro Clásico de Sevilla pondrá en escena en el Teatro El Silo de Pozoblanco: Luces de Bohemia, de Ramón María del Valle-Inclán, dirigida por Alfonso Zurro. Varias son las razones para poner en escena esta obra. En su tiempo revolucionó el teatro y con ella nace un género nuevo, el esperpento, que viene a romper las convenciones escénicas anteriores. Luces de Bohemia es el mejor esperpento de este autor, en el que se mezclan la visión del mundo bohemio, literario, y la realidad revolucionaria de su tiempo.

Representa mejor que nadie la problemática del artista moderno y su trágica lucidez. Valle-Inclán nos ofrece un fresco de la España burguesa y bohemia de principios del siglo XX, una caricatura o «deformación grotesca de la civilización europea», y que puede trasladarse a nuestros días, ya que podemos ver en ella reflejada nuestra sociedad actual en varios sentidos. Por lo tanto, es una obra con plena vigencia. Es modernidad en estado puro: además de la deshumanización vanguardista, anticipa la teoría sobre el «distanciamiento» del teatro de Bertolt Brecht, el teatro del absurdo de postguerra.

Luces de Bohemia es un ataque feroz contra la España de su época. Integra el expresionismo, y se plantea como un movimiento de rebeldía. Esta obra arremete contra toda una sociedad. Pero, además, ya en pleno siglo XXI, podemos afirmar que se ha convertido en un clásico de la literatura.

La historia de su personaje central, Max Estrella, guarda notables paralelismos con la de su amigo el escritor bohemio Alejandro Sawa, lo que pudo influir en el personaje de Luces de Bohemia, y así lo hace constar en una carta que escribe a Rubén Darío, después del entierro de Sawa, en la que relata que el poeta murió pobre, después que el periódico en el que trabajaba le retirara la colaboración de sesenta pesetas, lo que le envolvió en una locura desesperada. Quería matarse y tuvo el final de un rey de tragedia: loco, ciego y furioso.

POZOBLANCO

TEATRO EL SILO

VIERNES 5

21.30 HORAS