Mestizaje cultural, talento, inteligencia y sencillez, Ana Lila Downs Sánchez no es una cantante cualquiera. Más allá de su voz, es una mujer que ha sobrepasado las barreras culturales y ha demostrado una incesante preocupación por la justicia y el bienestar social. Actualmente, es una de las artistas mexicanas más respetadas y admiradas en todo el mundo, que, además, ha supuesto una apertura a la fusión de los sonidos tradicionales mexicanos con los recursos de la industria musical contemporánea.

Lila Downs nació precisamente en 1968, en Tlaxiaco, un pequeño pueblo de Oaxaca. Es hija de Anita Sánchez, una indígena cantante de cabaret, y de Allen Downs, un profesor de cinematografía estadounidense original de Minnesota. Influenciada por su madre, desde los ocho años Lila cantaba rancheras. Al cumplir los catorce, se mudó a Los Ángeles, donde estudió vocalización y aprendió inglés, idioma que sigue usando junto al español, mixteco, zapoteco, maya, purépecha y náhuatl. Sus orígenes indígenas la avergonzaban durante su juventud. Incluso llegó a pintarse el cabello de rubio. Pasado el tiempo y durante un difícil proceso, logró reconciliarse con su triple condición de indígena, estadounidense y mestiza, llegando a convertirse en una embajadora y defensora de esos orígenes.

Estudió canto y antropología en la Universidad de Minnesota, lo que le llevó a enfocar sus canciones hacia su gente de Oaxaca, denunciado la injusticia, a favor siempre de la tierra y descubriendo algunos de los simbolismos que encierran sus raíces. Su marido, Paul Cohen, un saxofonista que hoy es manager y director la banda de Down, fue quien la impulsó a seguir con su carrera musical y complementó su formación.

En 1999, su álbum La Sandunga puso la primera piedra de su carrera, aunque sería La Línea / Border, en el 2001, que incluye canciones como La Llorona y La Martiniana, el que la situaría a nivel internacional, siempre combinando en sus textos el amor, la cultura ancestral de su pueblo con sus realidades y carencias y siempre formando parte de iniciativas de apoyo social y cultural. Down también ha compuesto para el teatro y el cine en títulos como Como agua para chocolate o para el filme Frida, nominado a los Oscar.

En su palmarés se encuentran Grammy Latinos en las categorías Mejor álbum folclórico con los álbumes Una Sangre, Pecados y Milagros y Balas y Chocolates en sus respectivos años. También obtuvo un Grammy por el Mejor álbum de música regional mexicana con el material Pecados y Milagros, en el 2013. En España, ha colaborado con artistas como Enrique Bunbury y Niña Pastori, con los que también obtuvo reconocimientos. Durante más de una década, Lila Downs ha viajado por todo el mundo reinterpretando las raíces de la música, como el blues, el jazz, el soul, la cumbia, el rock e, incluso, el rap y la música klezmer, además de la música tradicional mexicana. A ellos se agrega su voz maravillosa y la originalidad de sus composiciones, con lo que su concepto musical se ha vuelto innovador, reivindicativo y, por tanto, único.

CÓRDOBA

TEATRO DE LA AXERQUÍA

JUEVES 4

22.30 HORAS