El sector noroccidental del término de Rute, desde la carretera A-331 hasta el límite con el término de Lucena, muestra un paisaje alomado cubierto de olivos, entre los que aparecen de vez en cuando algunas encinas aisladas, ejemplares muchos de ellos portentosos por su gran envergadura. La hegemonía del olivar es también rota esporádicamente por algún cabezo aislado donde se aferran los últimos reductos de vegetación natural en la zona, o por esos cordones de verdor que se adentran por las vaguadas y que cumplen una inestimable labor frenando la erosión de las barranqueras, como es el caso de los arroyos de Granadillo o de las Gallombillas.

Si se consulta la edición de la hoja topográfica de Lucena (hoja nº 989) del año 1909 se puede comprobar que hace más de cien años esta zona era atravesada por importantes caminos vecinales, como el de Cabra a Rute. Este último es también una vía pecuaria, la vereda de Cabra, parte de cuyo trazado coincide con tramos de pistas que surcan hoy la zona, algunas de ellas asfaltadas. Numerosos cortijos, algunos en estado ruinoso, se desparraman por esta zona que hace miles de años ya acogía una población dispersa, tal como indica los yacimientos arqueológico inventariados.

Proponemos un recorrido en bucle que nos permitirá acercarnos a los enclaves más sobresalientes de este sector. Para ello, tomaremos la pista asfaltada que parte de Llanos de San Juan y se dirige al centro de Tratamiento de Residuos Urbanos de Rute. Al llegar a la primera bifurcación, continuaremos por el ramal de la derecha (en los planos figura como CP-4) y a un kilómetro aproximadamente nos desviaremos por una pista terriza que parte también a la derecha y que, según nos indica cartel, se trata de la prolongación del camino municipal Lucena-Zambra-Granadilla.

Este carril asciende hasta una Loma que se sitúa cerca de los 700 metros y que se conoce como Alto de Granadillas. El camino de Granadilla va por todo lo alto de la loma y ofrece hermosas vistas de los alrededores. Podemos desviarnos momentáneamente del camino principal para acceder al cortijo de las Gallombillas, cerca del cuál está la fuente del mismo nombre, que muestra una hermosa pileta de planta circular labrada en piedra.

GRANDES DIMENSIONES // Si continuamos por este camino secundario hacia el sur saldremos de nuevo al camino de Granadilla a la altura del cortijo de Ordóñez, y unos metros al norte, al lado mismo del camino, encontraremos la célebre encina de Rute, muy conocida por la gente del entorno que la considera milenaria, y que figura en el inventario de árboles singulares elaborado tanto por la Junta de Andalucía como por la Diputación de Córdoba.

Sus dimensiones y su belleza de porte hacen de esta encina una de las más destacables a nivel provincial, cuya edad se estima en unos 400-450 años. Presenta una enorme copa a modo de cúpula desde cuyo interior se aprecia la magnificencia de este ejemplar, y con los extremos de las ramas bajas prácticamente tocando el suelo. En cuanto a su anchura de copa ocupaba el segundo lugar en el ranking provincial, después de «su paisana» la encina del Acarraero, pero ha pasado a ostentar el primer puesto, ya que, como comentamos en su día, desgraciadamente la encina del Acarraero ya ha desaparecido.

Mejor suerte parece tener este ejemplar, ya que sido propuesto por la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía para ser declarada Monumento Natural y al parecer figura ya entre los ocho finalistas candidatos a convertirse en Árbol del Año en Europa (se puede votar su candidatura a través de la web arboleuropeo.es). La Diputación de Córdoba y el Ayuntamiento de Rute han invertido 38.000 euros en mejorar el camino que lleva hasta ella, conscientes de que se trata de una joya botánica de la Subbética que puede añadir un atractivo más para la comarca.