el Teatro Góngora ofrece hoy un singular espectáculo con acento cordobés y con la música clásica y la lírica como protagonistas. No es una ópera, pero los componentes del Cuarteto Clásico de Córdoba, junto al joven tenor de la tierra Pablo García-López, harán sentir a los espectadores el bel canto a través de un programa cuyo eje es el Cuarteto de Cuerda en Mi Menor de Giussepe Verdi, obra culmen de la literatura universal y muy poco programada dado su virtuosismo técnico.

En torno a esta obra, la agrupación musical busca desplegar un conjunto de piezas que sirvan de estímulos emocionales a la cotidianidad y sean representativas del mundo escénico que se busca reflejar. Y precisamente Reflejos es el título de este espectáculo, con el que la formación afronta el reto de situar a Córdoba en el selecto mapa de ciudades de Europa donde esta singular pieza de Verdi ha sido interpretada.

También es muy poco conocida en Córdoba la obra de Ottorino Respighi Il Tramonto, que sonará en la voz del joven tenor cordobés, igual que otras piezas, como una selección de Venezia, de Reynaldo Hahn o L’alba separa dalla luce l’ombra, de Francesco Paolo Tosti, todas ellas obras del repertorio camerístico para voz y cuarteto de cuerda que aborda la existencia humana desde sus aspectos más insondables hasta la necesaria y saludable liviandad.

La producción, que está avalada por la Asociación Española de Investigación Artística y Performativa y ha recibido el apoyo de la delegación de Cultura del Ayuntamiento de Córdoba y el IMAE, es una celebración del auge del talento cordobés en los principales escenarios de música clásica internacionales. Talento y juventud se unen hoy en el Teatro Góngora para reivindicar el mundo de la ópera y la escena.