En el Calvario, explanada natural que se eleva sobre Priego de Córdoba y desde donde se divisa todo el paisaje de sierras, aldeas y olivares, prevalece una pequeña ermita que, aunque data del año 1700, volvió a construirse de nuevo el año 1939. Está rodeada de cruces de piedra y representa un lugar de visita obligada cada Viernes Santo, donde todo el pueblo se da cita para recibir la bendición de Jesús Nazareno. Habla la tradición de un Calvario viejo situado cerca de la Tiñosa y del que apenas se tienen referencias documentales. Su existencia debió de ser anterior a 1593, pues este año ya había en la meseta que ocupa el actual un humilladero que servía a los mismos fines: era un lugar de devoción con cruz o imagen para que los peregrinos orasen antes de entrar a la población o al salir de ella.

Cualquiera que consulte el mapa topográfico de los alrededores de Priego puede comprobar como al sur de la población, en dirección a la Tiñosa, se dispone un prominente cerro que se eleva por encima de los 900 metros, y que precisamente se denomina Calvario Viejo; y es, por tanto, fácil suponer que allí estuviera ubicada la primitiva ermita de la que no quedan restos, pero que conserva su memoria en el nombre del cerro que la acogió.

Un recorrido por el cerro del Calvario Viejo nos deparará interesantes encuentros con elementos naturales y arqueológicos, además de disfrutar de un privilegiado mirador natural de Priego y sus alrededores. Podemos empezar el recorrido en la salida de Priego por la carretera A-4154. Pasado el kilómetro 54 surge, a la derecha, un camino señalizado como ruta de senderismo y que no es otra que la colada del camino de Loja, vía pecuaria de cinco metros de anchura que unía ambas localidades. El camino asciende suavemente hasta un collado, bordeando por el este el cerro del Calvario Viejo, a nuestra derecha; y dejando a la izquierda y más abajo la carretera de Algarinejo. Avanza rodeado de olivos, algunos almendros y frondosos manchones de zumaque, ofreciendo buenas vistas del valle del río Salado y de la sierra de Albayate.

Al llegar a la parte más alta, antes de iniciar el descenso, comprobaremos que el camino se bifurca. Debemos tomar el ramal de la derecha (desestimando el que viene señalizado como sendero o camino natural) y al momento veremos que surge un nuevo desvío a la derecha, por donde continuamos. Esta variante rodea por el sur el cerro del Calvario viejo hasta llegar a unos cortijos situados cerca del arroyo de Montenegro. Debemos estar atentos para localizar un sendero que se inicia a la derecha y asciende por la cuerda de este cerro que muestra una disposición alargada de sur a norte. Aunque bastante empinado, esta estrecha senda es muy agradable de recorrer. Entre las plantas más atractivas y con colores más llamativos cabe citar la berza silvestre (Moricandia moricandioides), el junquillo azul (Aphyllantes monspeliensis), de hermosas flores de azul intenso, y la zulla (Hedysarum coronarium), bello endemismo del oeste de la región Mediterránea, cuya distribución en Andalucía occidental (Litoral gaditano, Campiña Baja gaditana, Grazalema y Algeciras) debe ampliarse a la comarca de la Subbética cordobesa. Al coronar el cerro de 917 metros de altitud encontramos los restos de una atalaya, conocida como torre del Calvario Viejo. A partir de aquí el sendero llanea por una alargada loma que va girando hacia el oeste, dando lugar a un cerrado valle repleto de olivos que desciende hasta el arroyo Montenegro, detrás del cual se disponen el cerro del Hambre, la sierrecilla de la Trinidad, y, cerrando la panorámica, la Tiñosa. Del otro lado, hacia el norte, las vistas de la ciudad de Priego son espectaculares. Desde la parte más baja de la loma parte un sendero hacia el norte, que acaba transformándose en un camino que desciende hasta Priego. Antes de llegar se ramifica en varios caminos, por lo que podemos acceder a la población por diferentes zonas.