La Universidad Loyola acogió ayer el segundo encuentro de voluntariado, auspiciado por Autismo Córdoba, con el objetivo de informar a estudiantes universitarios y de otras etapas educativas de la posibilidad de colaborar de forma altruista con asociaciones que trabajan con personas que requieren algún tipo de atención específica por su enfermedad, trastorno o dependencia, como es el caso de Autismo Córdoba. Miriam Muñoz, responsable de voluntariado de Autismo Córdoba, resaltó en esta jornada el necesario papel que desempeñan los voluntarios, en una asociación como en la que ella trabaja, y para ello contó con las aportaciones de Manoli Romero, madre de un joven con autismo, y de dos voluntarios de Autismo Córdoba (David Pérez, que es fotógrafo, y Carmen María Carvajal, psicóloga). A este segundo encuentro de voluntariado, que contó con la colaboración de la Universidad Loyola y de la Plataforma del Voluntariado de Córdoba, asistieron unos 85 alumnos, pertenecientes a esta universidad, a centros de la Universidad de Córdoba, institutos como el Averroes y el Galileo Galilei o el centro educativo Zalima.

Miriam Muñoz recalcó la necesidad de que la bolsa de voluntarios de Autismo Córdoba esté siempre creciendo, «ya que actualmente contamos con unas 25 personas que normalmente colaboran de forma desinteresada, pero siempre hacen falta más para llevar a cabo las máximas actividades posibles. Además, esta dedicación les va a reportar numerosos conocimientos».