La sociedad lucentina, a través de la concejalía de Igualdad del Ayuntamiento y de la Asociación Mujeres en Igualdad, han reconocido la trayectoria emprendedora Carmen Tenllado Sabán, una mujer de 87 años que dedicó su vida al trabajo, donde se prodigó como cocinera, aceitunera y finalmente como churrera.

Sus nietos le reconocían ese esfuerzo de una persona muy entrañable, marcada por el cariño y el amor familiar. Con solo 5 años sufrió el estallido de la Guerra Civil y esto hizo que, como la mayoría de los niños de la época, no pudiera acudir a la escuela y, por tanto, viera interrumpida su formación. Los suyos la recuerdan como una niña muy despierta y presumida que hacía la vida agradable a cuantos la trataban.

A los quince años empezó a trabajar como cocinera, también conoció el trabajo del campo en la recolecta de aceitunas, una etapa en la que conoció a José, con el que se casó con tan solo veintidós años y el que llegaría a ser el único y gran amor de su vida, con el que tuvo cuatro hijos, que han sido los creadores de Infrico.

Tras el nacimiento de sus hijos, Carmen comienza la que será su labor profesional más reconocida y decide montar un negocio, una churrería en la Avenida del Parque, por lo que durante décadas fue reconocida como «Carmen la de los churros».

Durante toda su vida, su principal objetivo ha sido trabajar para dar a sus hijos una formación académica que les permitiera tener un buen futuro. Todo esto siempre de la mano de José, su fiel compañero.