La apertura ayer del Paseo Pedro Vargas generó una gran expectación entre los vecinos, que acudieron en buen número a contemplar el remozado recinto tras varios meses de obras. El agua y la vegetación son los principales elementos que resaltan en este espacio emblemático para la ciudadanía malena, zona de esparcimiento y escenario de numerosas actividades, con una inversión de 190.000 euros.

El proyecto de reforma del Paseo ha respetado la estructura originaria, pero se ha modernizado con varias fuentes, entre las que destaca la ubicada en el centro y con iluminación nocturna, zonas de césped y una nueva y variada vegetación, de la que forman parte los tradicionales rosales, celindas y setos. Estos últimos no crecerán a la altura de los antiguos, sino que se dejarán a unos 40 centímetros para reducir el impacto visual, preservar el estilo diáfano del recinto y que luzca toda la ornamentación.

Así, se triplican las zonas de disfrute en los jardines, que son más transitables al ensancharse los pasillos. También se ha hecho un guiño histórico recuperando los antiguos bancos de piedra, a los que se suma una veintena de bancos de madera. Igualmente, se ha renovado el sistema de canalización y riego. El alcalde, Emilio Martínez, subrayó que se trataba de una obra «muy necesaria y demandada» por el pueblo e insistió en que el cuidado del Paseo «es una tarea de todos», añadiendo que se van a instalar unas cámaras para reforzar la vigilancia y se incrementarán los contra de jardineros.