La pista central del pabellón municipal de deportes de Montilla se transformó ayer en la Vía Dolorosa en la que Jesús vivió sus últimos días.

Desde primera hora de la tarde, los aledaños del recinto fueron adquiriendo el ambiente propio de las grandes citas deportivas. Una expectación que, desde 1992, viene despertando también este espectáculo inconmensurable que sirve de prólogo de excepción a la Semana Santa de Montilla, de la que se ha convertido en auténtico santo y seña.

Alrededor de un impresionante escenario de casi 50 metros lineales, distribuido en tres embocaduras, y ante la atenta mirada de cientos de espectadores en cada una de las funciones, un equipo humano formado por cerca de 500 personas dio vida a la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo.

Este año, la obra ofreció nuevos textos con la voz de José Antonio Luque, director del programa radiofónico Paso a paso de Canal Sur, junto a una nueva iluminación y un renovado decorado.

En sus orígenes, la representación comenzó ciñéndose a La Divina Tragedia escrita por el jesuita José Julio Martínez. Sin embargo, el texto ha ido evolucionando hasta el punto de que el 90% del guión es original.

A su vez, muchas de las escenas -como la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén, la Santa Cena o el Prendimiento del Señor- evocan en su escenografía las estaciones de penitencia de las cofradías montillanas, guardando así un innegable parecido con la Semana Santa local.