Jéssica y Sebastián dicidieron cambiar sus vidas hace dos años y lo dejaron casi todo en Mallorca, compraron un puesto de ostras en el Mercado Victoria y se ha convertido en el referente. Les venden a varios restaurantes, han estado abriendo ostras en celebraciones, reuniones, catas maridaje, eventos profesionales y en sitios como Barrilero. Animan a probar la Guillardeau del número 4, el esturión de Río Frío, el atún de Barbate o las anchoas de Laredo pescadas al «alba».