El hospital Reina Sofía presentó ayer en la cuarta jornada de la 17 Semana del Donante un mural de grandes dimensiones denominado Brote de Vida. Se trata de una intervención artística de María Ortega que ha ido creando a lo largo de esta semana con la participación de pacientes trasplantados. La pintura, de 5 por 3 metros, se ha instalado justo al lado del Monumento al Donante y muestra un tronco de árbol en forma de corazón del que germina la vida. Es el tronco de un árbol maduro, con la palabra dona en uno de los anillos, del que nacen brotes verdes después de ser cortado, que simbolizan la esencia de la donación: la vida después del trasplante y la vida que regala el donante. La directora gerente del hospital, Valle García; el coordinador sectorial de trasplantes, José María Dueñas; la artista María Ortega y el artista Tete Álvarez participaron ayer en la presentación del proyecto. Se trata de una pieza que «a través de elementos vegetales, enraizados umbilicalmente en la tierra, nos hace revivir, dejando para siembre una huella», señaló Ortega. Para su creación, ha contado con la colaboración del artista plástico Tete Álvarez. Con esta metáfora del fin y del inicio de la vida, la artista aspira a incrementar la conciencia social sobre la importancia de la donación de órganos. «Queremos que el espectador que se detenga frente a ella y pueda reflexionar sobre la vida, la esperanza que albergamos, sobre nuestro lugar en el mundo. Es una cartografía de vida, esperanza y generosidad, como es la persona donante», añadió.