El presidente del PP de Córdoba, Adolfo Molina, participó ayer en el homenaje a Miguel Ángel Blanco organizado por las Nuevas Generaciones de la provincia. El acto, con motivo del 20 aniversario del asesinato del joven concejal de Ermua, tuvo lugar en el monumento en honor a las víctimas del terrorismo, situado en los Llanos del Pretorio de la capital cordobesa.

En el evento, Molina recordó que «el ejemplo de los vecinos de Ermua, el acuerdo de todos los partidos democráticos y de las instituciones, y la claridad y firmeza de un gobierno que no cedió al chantaje impuesto por la banda nos mantuvo unidos», haciendo referencia a un momento decisivo en la historia reciente de España y que supuso un punto de inflexión en la lucha contra el terrorismo y, eventualmente, el comienzo del declive de ETA.

Por su parte, el presidente provincial de las Nuevas Generaciones de Córdoba, Martín López, afirmó en el manifiesto que «Miguel Ángel Blanco despertó nuestra conciencia y es un símbolo de concordia porque nos hizo comprender que la libertad hay que ganarla, conquistarla, cuidarla y defenderla ante los enemigos de la convivencia, de la pluralidad ideológica y de los derechos éticos y políticos que tanto nos ha costado conseguir», en un mensaje que pretendía recalcar la importancia de la unidad frente a «los actos de barbarie terrorista».

Desde las Nuevas Generaciones de Córdoba y del propio Partido Popular cordobés se ha lanzado una campaña en redes sociales llamada #20añosMAB, con la que los cargos públicos y orgnánicos de esta formación están expresando sus recuerdos y vivencias de aquel 13 de julio en el que, hace 20 años, Miguel Ángel Blanco perdió su vida a manos de ETA.

Una vez leído el manifiesto, se guardó un minuto de silencio en memoria del joven concejal que, en palabras de Molina, «defendió la democracia y el derecho a sentirse orgulloso de ser vasco y español sin complejos».