El ciclo comenzó a lo grande, como se merece la memoria del magistral torero. Y artífice fue el genial torero (manoletista confeso) José Miguel Arroyo Joselito, que en un mano a mano amable con el periodista Paco Aguado dio una lección de admiración y respeto por el ídolo caído. Joselito narró cómo supo de la existencia de Manolete, al que descubrió, con 11 años, en la escuela taurina de Madrid viendo una película del cordobés Pepe Gan, al que preguntó, con la inocencia de un niño “¿este torero quién es?”. Confesó el torero madrileño que lo que más le impactó fue la majestad, la serenidad y la solemnidad del torero de Santa Marina. Desde ese instante, dijo, ya no pensaba en otra cosa que en ser un torero igual. Sostuvo, con rotundidad, que Manolete puso los cimientos del toreo actual. No se puede entender el toreo sin lo que aportó a la fiesta, concluyó. Entre el dialogo mantenido con Aguado se proyectó la película de la confirmación en México, tarde que cortó un rabo y sufrió una cornada en el segundo toro. Película de Manolete que, aunque está rodada con la técnica de entonces (más de 70 años), deja de manifiesto la grandeza de su toreo y su enorme personalidad. Fue una noche de ovaciones. Cada vez que los ponentes glosaban al IV Califa, la sala, repleta de público, irrumpía en una gran ovación. Primer éxito de los actos programados por el Ayuntamiento. que deja de manifiesto el cariño y respeto que Córdoba siente por su torero. El acto comenzó con las intervenciones de Federico Roca, José María Portillo y José Luis Moreno.