La asociación de vecinos Haza de Gracia y el Ayuntamiento de El Carpio organizaron anoche la décima edición del Entierro del Galgo con una gran falla y una gran cohetada, que tuvo lugar al final de una celebración que se ha convertido ya en una tradición en esta localidad del Alto Guadalquivir. Bajo el lema Esto también es Carnaval, ¡participa!, decenas de asistentes animaron el ambiente con una procesión que año tras año ha ido creciendo, gracias a su particular forma de celebrarla. Los llantos y las maneras de vivirla por parte de los acompañantes llama la atención a todos los que la han vivido en alguna ocasión. Realmente, las calles de El Carpio se tornan oscuras para ver pasar a la comitiva. Los participantes acompañaron al galgo realizado por Juan Antonio Muñoz Castellano, partiendo desde la plaza de España (La Palmera) y haciendo un recorrido por las calles de El Carpio, donde los antiguos alumnos del Brujo fueron los que portaron a este símbolo carpeño. También acompañaron al «sepelio del galgo» los Pinganillos y amigos colaboradores como portadores de antorchas, chirigotas y comparsas del pueblo.

Esta celebración surgió de forma espontánea hace ya dos lustros. Recuerda Manuel Aragón, uno de los precursores, que «el Entierro del Galgo surgió de manera espontánea tomando unas cervezas en el bar Kilómetro 13, donde un grupo de amigos y vecinos decidimos poner en marcha esta procesión».

Entre risas y llantos, con este acto se pone punto y final al Carnaval de El Carpio.