1.300 jóvenes de la Diócesis de Córdoba han iniciado una peregrinación al santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, en Cáceres, y antes de partir acudieron a una eucaristía de despedida presidida por el obispo de Córdoba en la Catedral. Para la ocasión, Demetrio Fernández ofreció una homilía en la que la juventud fue protagonista porque con esta peregrinación se inicia el Sínodo de los Jóvenes de Córdoba y, a su vez, la Iglesia «inicia un camino de reflexión en el que los jóvenes tenéis la palabra», les dijo antes de preguntarles «¿qué pensáis de lo que la Iglesia os anuncia?».

Los jóvenes escucharon al obispo de Córdoba decriles que representan «a la Iglesia del siglo XXI», y les animó a vivir el Sínodo de los Jóvenes de Córdoba como una «experiencia fuerte de Iglesia». El prelado aprovechó para recordarles las palabras del Papa Francisco cuando se refiere a los jóvenes «como el presente, no como el futuro de la Iglesia».

En la despedida, antes de iniciar el camino hacia Guadalupe, Demetrio Fernández quiso recordarles que en la peregrinación es posible que encuentren «asperezas que forman parte de la vida», pero los invitó a dar muestra de unidad eclesial porque «no somos jóvenes de protestas, somos jóvenes de paz».

El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, junto a algunos jóvenes, en la puerta de la Mezquita-Catedral.

Los jóvenes regresarán mañana en los 24 autocares que los condujeron ayer hacia Guadalupe. Durante el camino, está previsto que realicen tramos a pie. El obispo de Córdoba presidirá la misa de despedida en la basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, mañana domingo.