El equipo de Imparables de la Fundación Josep Carreras en Córdoba celebró ayer su día en la plaza de Las Tendillas, en un acto de ambiente festivo en el que lanzaron un mensaje de esperanza a las personas afectadas por enfermedades hematológicas malignas (leucemia, linfoma...) y reivindicaron la investigación y las donaciones de médula ósea como dos medios que contribuyen a salvar vidas.

El coordinador de este grupo, José Castillero, subrayó que «cada vez se cura un mayor número de casos: un 85% o 90% en niños, y un 50% en adultos». Además, destacó que «la donación de médula ha mejorado muchísimo en los últimos años gracias a algunos casos emblemáticos», detallando que «en Córdoba estamos en la media nacional». En concreto, sobre la situación española precisó que tiene en torno a 300.000 donantes, mientras que «hace cinco o seis años no llegábamos ni a 100.000».

El acto celebrado ayer se enmarcó en la Semana contra la Leucemia y Castillero puntualizó que este es el cáncer más frecuente entre la población infantil, ya que representa en torno al 90% del total de los que se diagnostican en niños. En esta línea, el eslogan escogido para la campaña de este año por la Fundación Josep Carreras es El mejor anuncio del mundo y cuenta con un vídeo «en el que se expresa que el mejor anuncio que se puede recibir es que te digan los médicos que tu hijo ha superado una enfermedad tan grave como esta», afirmó Castillero.

Entre los asistentes al evento se encontraban Antonio Luis Mendoza y Mariola Cantarero junto a su hijo Diego, que tiene cinco años de edad, fue diagnosticado de leucemia mieloide aguda y es uno de los protagonistas de la campaña. Diego fue trasplantado en el 2016, una intervención que fue posible gracias a la donación que realizó su padre, y después de esta intervención ha pasado «de estar en el hospital las 24 horas del día a poder ir al cole, aunque no va la jornada completa», comentó su madre.

También asistió Carlos Lasarte, a quien una anemia refractaria le llevó a necesitar un trasplante de médula y subrayó que «el equipo médico que tenemos aquí vale mucho, mucho. Das por sentado que te van a curar, que van a ser cariñosos, pero cuando te llega el momento es cuando lo valoras». Sentada junto a él, Carmen Delia Mendoza recordó que ella sufrió una leucemia mieloide y a raíz del trasplante su vida «ha cambiado totalmente, pero sales con más ansias de vivir también». Los dos hicieron hincapié en que la donación permite «dar vida» a otras personas y se trata de una acción «sencilla».