No exageramos en absoluto cuando afirmamos que hoy el pueblo entero de Fernán Núñez está desolado por el fallecimiento, a causa de un accidente doméstico, de uno de sus paisanos más queridos: Antonio Sillero García. (Informa Pedro Laguna).

Industrial de profesión, poseía un taller, junto al de sus hermanos de la firma Agrícola NOLI, especializado en reparación y montaje de maquinaria agrícola, gozando de un reconocido prestigio en toda la provincia de Córdoba, gracias a su laboriosidad infatigable y a sus conocimientos en la materia. Pero Antonio era un personaje superquerido y conocido gracias a otras dos facetas de su vida.

Fue durante muchos años el capataz de la centenaria cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, guiando los pasos de su Señor por las calles del pueblo todos los Viernes Santos. Fueron muchas las ocasiones en las que Antonio, debido a su profesión, reparó, transformó o inventó, alguna solución para mejorar el trono de Nuestro Padre Jesús

Además Antonio era un barítono de una voz increíblemente dulce, armoniosa y potente que de haber nacido en tiempos de mayor bonanza podría haber paseado por los mejores teatros del bel canto. Fue solista de la Coral del Círculo Cultural Calíope desde su fundación, hace ya 35 años. Son cientos las ocasiones en las que Antonio puso de pie al público que le escuchaba cantar zarzuela (El Sembrador, Alma de Dios, Los Gavilanes o La Huerta del Segura) o cuando interpretaba música religiosa. Hoy no se me va de la cabeza esa plegaría de Melguizo que él “rezaba” más que cantaba, “ Misericordia Señor, apiádate del pesar, del dolor, del abandono, de los que al pie de tu trono viene a implorar tu amor”. Me lo imagino delante del altísimo con su atronadora voz y su cara de bueno pidiendo clemencia, él, que solo hizo el bien a su alrededor.

Se nos va una maravillosa persona, alguien al que nunca olvidaremos. Nuestro pésame más sincero para Antonia, su querida compañera de fatigas, a sus hijos Paqui y Manolo, a sus queridísimas nietas y a sus numerosos hermanos. Descansa en paz, querido amigo.

* Colaboración de Pedro Laguna