Córdoba recibió ayer, en el Real Jardín Botánico, a los 25 niños bielorrusos que, a través de la asociación Anida, pasarán un mes en la provincia con sus respectivas familias de acogida. De esta forma, se completa la campaña de este año, que ha permitido a un total de 80 niños pasar sus vacaciones en el país. Este proyecto persigue mejorar la salud de los menores afectados por la catástrofe nuclear de Chernobyl. Mariano Pérez de la Concha, presidente de la asociación, explicó ayer que a los niños les hacen una analítica cuando parten y otra al regresar para comprobar los niveles de radiación. Los resultados, «en muchos de ellos», reflejan una reducción de entre el 30% y el 40%. «Hemos conseguido que, a lo mejor, en cinco o seis años les disminuya el nivel cerca de una tercera parte», señaló. Para conseguir ese objetivo, Anida reivindica el clima local y la dieta mediterránea. «El fin es que los niños vengan y, con la fruta que tenemos, con el sol y con el movimiento, se recuperen», dijo. Durante estas semanas se celebran encuentros entre ellos, y los monitores «hacen un seguimiento». Algunos, incluso, se conocen de otros años. El número de familias ha aumentado casi un 35% en los últimos tres años y ya son unos 200 miembros de acogida en la asociación, aunque no todos los años son las mismas personas las que acogen. Sin embargo, aún hay «muchos» que siguen allí. Por ello, Pérez de la Concha afirma que están abiertos a incluir a más familias de cara al proyecto del próximo año, que comenzará a prepararse en septiembre.