Las grullas regresan cada invierno a la dehesa de Los Pedroches. Su enorme altura, cercana o superior a un metro, sus grandes alas, cuello largo, el movimiento que realizan en grupos y sus trompeteos, que es el ruido característico al volar, que se escucha a mucha distancia, convierte en todo un espectáculo de la naturaleza su presencia. Por el día, se las ve comiendo bellotas, hierba y lo que encuentran y por la noche se retiran a dormir.

Llaman mucho la atención su belleza y sus movimientos. Pero, claro, hay que saber dónde se ven mejor, en este caso en la zona próxima al embalse de La Colada, y a qué distancia hay que colocarse.

Para adquirir estos conocimientos, el Ayuntamiento de El Viso, Pedroches Wildlife y Bluebird Comunicación celebraron ayer domingo el tercer Festival de la Grulla, aunque los alumnos del colegio de La Inmaculada ya participaron en un avistamiento el pasado viernes.

Los asistentes comenzaron la jornada en el Aula de la Naturaleza El Pocito dónde hubo un desayuno. Después llegó una ruta interpretada por la zona de La Colada, con actividades para adultos y niños y con consejos sobre fotografía en el entorno natural.

Pertrechados con prismáticos y cámaras, los participantes en el festival realizaron los avistamientos hasta caer la tarde. También hubo una comida compartida. Las grullas, muy sabias, eligen este territorio huyendo de otras zonas europeas más frías a las que regresarán cuando pase el invierno.