Desde hace diez años, todas las semanas, Cáritas Parroquial del barrio cordobés de Cañero, junto a la parroquia de San Vicente Ferrer, organiza un encuentro entre los vecinos de la tercera edad para que aparquen a un lado su soledad y sus dolores y merienden junto a sus vecinos. Unas reuniones llenas de alegría, risas y música, que se han convertido en una necesidad para muchas personas que, durante el resto del año, no tienen ocasión de salir de casa. «Todo lo que se haga por ellos es poco. Para muchos, esta es la única ocasión que tienen de salir a la calle, de que alguien los escuche, de contar sus historias, de divertirse. Son generosos y se conforman con poco. Tenemos que aprender mucho de ellos», explica Paco Mendoza, responsable de Cáritas Parroquial.

Esta no es la única actividad que Cáritas celebra con los mayores, ya que también organiza talleres de todo tipo para motivar y entretener a estas personas y combatir la soledad, que es una de sus mayores enemigas. «Cada vez hay más bajas por motivos naturales, y cuando se van te duele porque les coges mucho cariño, pero sigue perdurando un buen grupo», remarca Mendoza. «Yo soy voluntaria también del Teléfono de la Esperanza y me encanta venir a hacerles compañía. Es lo único que necesitan, alguien que los escuche, con quien hablar», comenta María Lorente. Una iniciativa necesaria entre los vecinos del barrio de Cañero, que nació con el antiguo párroco de la iglesia y que mitiga los efectos de la soledad entre nuestros mayores.