El Ayuntamiento de Montilla reivindicó ayer la importancia del flamenco de la mano de una edición extraordinaria del Día del Vecino, cuya celebración prevista para el pasado mes de marzo tuvo que aplazarse como consecuencia de la lluvia.

La Plaza de la Rosa, la calle Corredera y la Plazuela de la Inmaculada fueron ayer los tres escenarios escogidos por el Consistorio montillano para albergar las diferentes propuestas que conformaban el programa de actos de esta iniciativa.

Tal y como destacó el alcalde, Rafael Llamas, la actividad permitió «recuperar ese papel protagonista que se quiso dar al flamenco la pasada primavera durante el Día del Vecino» y que «siga siendo el argumento para este día de convivencia».

Además, el primer edil montillano recordó que el Día del Vecino cuenta con el apoyo económico de la Diputación, por lo que celebrar esta «versión adaptada» de la jornada permitió aprovechar la subvención aportada por la institución provincial.

El Día del Vecino comenzó al mediodía con un brindis que los miembros de la Corporación compartieron con los vecinos en la Plaza de la Rosa. A continuación se dio paso a varias exposiciones de artesanía en la calle Corredera y a una actuación de baile flamenco de Patricia Baena.

Asimismo, la jornada se completó con talleres infantiles de manualidades de sombrero cordobés o guitarra, o de palos de flamenco en la Plazuela de la Inmaculada, para finalizar con la actuación de Remedios Reyes.