Ayer falleció a los 83 años de edad Antonio de Prado Alcalá, nacido en Baena en el seno de una familia olivarera. Con residencia en Córdoba, De Prado Alcalá acumuló gran experiencia en Faeca Córdoba, donde fue vocal. Asimismo, fue presidente de la cooperativa de segundo grado Codeba, que integraba a almazaras de la comarca de Baena, y era miembro de la cooperativa olivarera Nuestra Señora de Guadalupe, la segunda de la provincia por su capacidad productiva. Junto a su trayectoria olivarera hay que resaltar su vinculación con la Semana Santa de Baena. Antonio De Prado fue coronel del Ejército español, además de ser nombrado ilustrísimo señor por la Real Orden de San Hermenegildo. Este baenense, algo de lo que se sentía siempre orgulloso, era el cuarto de ocho hermanos que lo adoraban. También se licenció en Farmacia en Madrid, y posteriormente hizo la carrera de Biología, estando al frente de la farmacia del Hospital Militar de Córdoba durante gran parte de su vida. Como gran olivarero, también era un verdadero enamorado de la naturaleza, sobre todo del mar de olivares que rodea a su pueblo.

Cofrade y creyente, ha sido un hombre volcado con la Pasión baenenese. Fue hermano mayor de la cofradía del Dulce Nombre de Jesús Santo Cristo del Calvario y Soledad de María Santísima de Baena durante catorce años, con su tío Salvador, siendo su padre hermano mayor, y posteriormente ostentó este mismo cargo de forma honorífica. Posteriormente se hizo cargo del Santo Sepulcro, estando en él 14 años, hasta que dijo que no se veía capaz de hacer la procesión entera. También era judío coliblanco de la quinta cuadrilla. Cultivó grandes amistades y siempre será recordado como un gran hombre.

Tuvo dos hijos, María y Antonio T., y los dos son médicos. También tenía cinco nietos, que cariñosamente lo llamaban ‘golo’, siendo un padre generoso, cariñoso y tierno hasta el fin de sus días. Con su esposa, Francisca López, la que fue la mujer de su vida, se casó en el año 1975, en Córdoba.