Desde hace meses se conoce buena parte del contenido -principalmente la transcripción- de las conversaciones que, bajo orden judicial y en plena investigación del caso Lezo, le fueron grabadas a Ignacio González y otros interlocutores, entre ellos el exministro Eduardo Zaplana. Su contenido ha servido para estrechar el cerco policial y judicial contra González, que abandonó hace unos días prisión tras depositar la fianza impuesta de 400.000 euros y que no parece tener un futuro muy esperanzador. Pero a raíz de ellas también es posible reconstruir ahora algunas sorprendentes escenas o relaciones de la vida interna del PP, ya que tanto González como Zaplana hablan entre ellos sin pudor ni disimulos de la malísima opinión que tienen de Mariano Rajoy o de Esperanza Aguirre, por ejemplo o de cómo tratan de aprovechar en conversaciones con terceros la hipotética tensión que existe entre la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y la ministra Dolores de Cospedal.

En esas conversaciones, a las que ha tenido acceso EL PERIÓDICO y que pueden escucharse en su web, también aseveran tener la seguridad, tras hablar con José María Aznar, de que este, cuando toque renovación en el partido, apoyará a cualquiera que no sea Rajoy con tal de marcar distancias. “A [Alberto Núñez Feijoo] o el que venga”, llegan a decir.

Este paquete de grabaciones ha vuelto a tomar relevancia porque el juez de la Audiencia Nacional José De La Mata acordó este mismo martes solicitar al Juzgado Central de Instrucción número 6 una parte de esos sonidos de 'Lezo', un caso íntimamente ligado a la ‘Púnica’ y que ahora va a ser aprovechado en una carambola judicial para que la causa en la que se investiga la caja b del PP siga adelante.

En todo caso, el juez La Mata reclama únicamente las escuchas ligadas a una posible financiación irregular de los populares. Sin embargo el serial de grabaciones que las fuerzas de seguridad entregaron en los juzgados durante la investigación del ‘caso Lezo’ va más allá y recogen, entre otras muchas cosas, conversaciones ligadas al día a día en la sede de la madrileña calle Génova.

CIFUENTES Y SU "MALA RELACIÓN" CON LA VICEPRESIDENTA

Así, en estas conversaciones entre González y Zaplana -que se muestran relajados y sin prisa- se expresa de una forma muy clara, sin ahorrar de hecho insultos de carácter grueso, la mala opinión que ambos tienen de Aguirre (jefa y mentora de González durante años y que lloró públicamente el día que fue detenido), de que quien fue su vicepresidente termina diciendo que está en política por mantener “el servicio”.

El expresidente madrileño relata cómo ella le pidió consejo sobre la intención de uno de sus colaborades, Iñigo Hernández de Luna, de disputar la presidencia del PP madrileño a Cristina Cifuentes en el congreso de marzo de 2017, pese a que González ya estaba entonces fuera de la política. Y como González termina hablando personalmente con él supuesto aspirante para recomendarle que trate de buscar apoyos “con Soraya o el entorno de Soraya”, dando por hecho que tiene mala relación con Cifuentes porque ésta, sostiene, es cercana a Dolores de Cospedal. También se hacen referencias al marido de la titular de Defensa, de quien llegan a sostener que es “su talón de Aquiles” y a través del cual “van a ir a por ella”.

FEIJOO, ¿CANDIDATO DEL PRESIDENTE AZNAR?

En estas mismas conversaciones, Zaplana narra a González una comida que había mantenido con el expresidente José María Aznar, que, según señala el valenciano, ahora va buscando financiación de empresarios para su fundación. Zaplana llega a decir que Aznar le confesó que “nunca” haría nada malo para las siglas de su partido como abandonarlo, pero que daba por hecho que Rajoy, por quien siente un “odio africano” no podrá terminar la legislatura y habrá que elegir un sucesor.

El expresidente de Valencia añade ante González que no le confesó quien sería su candidato, pero sí que fuese quien fuese le avalaría. Su conclusión es que si llega “Feijoo, o el que venga” tendrá el aval del expresidente Aznar sólo para marcar distancias con Rajoy y poder decir que los principios han vuelto al PP.