Pese a la prolongación de la aplicación del 155, el presidente de la Generalitat, Quim Torra, mantiene su idea de nombrar consellers de su gobierno a Josep Rull y Jordi Turull, encarcelados de forma preventiva por orden del juez Llarena. Así se desprende de las declaraciones que, en una comparecencia sin preguntas, hizo en la mañana de ayer al salir de la prisión madrileña de Estremera, donde inició un amplio tour de visitas a los políticos presos.

Torra comunicó oficialmente su nombramiento a Rull y Turull y, según explicó después, estos aceptaron. El president contó a la salida: «Los consejeros nombrados me piden que remarque su voluntad de acceder al cargo y de que pida a Llarena su libertad, para que puedan acceder a su toma de posesión el miércoles (por mañana) en Barcelona».

Torra aprovechó su ventana mediática a la puerta de la prisión para demandar de nuevo diálogo. «Que la política vuelva a la política», clamó. «Señor Rajoy, señor Pedro Sánchez -dijo, sin nombrar a Albert Rivera-, sentémonos, hablémonos, dialoguemos. Solucionemos cuanto antes una situación que jamás debió haberse producido».

Más veces

El presidente catalán advirtió de que él, o consejeros de su gobierno, seguirán viniendo a las cárceles «las veces que haga falta», para ver a presos que, en su opinión, «por los delitos de los que han sido acusados, en ningún país de Europa estarían en prisión preventiva», dijo después de insistir en que «su causa es justa y honorable». En su intervención no hubo mención particular alguna a su encuentro con el exvicepresidente y número uno de ERC, Oriol Junqueras.

Joaquim Torra quiso dotar de un contenido simbólico a esta visita, la primera que hace un presidente de la Generalitat a políticos encarcelados. «Hemos querido que nuestra primera visita oficial como president de la Generalitat sea a las prisiones donde están las presas y presos políticos catalanes», dijo en una alocución a los medios en la que ha lamentó «esta injusticia, que afecta no solo a los presos, sino también profundamente a sus familias, que han de hacer 600 kilómetros para poder verlos».

En una agenda de ocho apretadas horas, el equipo del nuevo president de la Generalitat encajó nueve encuentros y un recorrido de 250 kilómetros entre los centros penitenciarios de Estremera, Alcalá-Meco y Soto del Real. Torra quiso comenzar por Estremera, la prisión que a más políticos catalanes alberga-Oriol Junqueras, Josep Rull, Jordi Turull, Raül Romeva y Joaquim Forn-.

Tras visitar Estremera, se dirigió con su séquito a Madrid II, la cárcel de mujeres de Alcalá-Meco, donde visitó a la exconsellera Dolors Bassa y la expresidenta del Parlament Carme Forcadell. En un tuit emitido después, Forcadell agradeció la visita y desveló que había reprochado al president que su gobierno no sea paritario.

El president catalán cerró su tour de encuentros carcelarios visitando en la prisión de Soto del Real a Jordi Cuixart y Jordi Sánchez. Torra llegó con puntualidad a la puerta de la prisión, donde, al contrario que por la mañana en Estremera, no le recibió ningún directivo del centro.