Sebastián Trapote, quien era el máximo responsable de la Policía en Cataluña durante el 1-O, declaró este jueves ante el tribunal del 'procés' que "todos los operadores de seguridad" eran "conscientes de que ese día iba a ser muy complicado", porque por los servicios de información y de "fuentes abiertas" sabían que "había habido un llamamiento por parte de miembros el Govern y asociaciones de carácter independentista para que acudiera el personal de una manera masiva a bloquear la entrada de los colegios e impedir la actuación de los cuerpos de seguridad" y así lograr que el referéndum se llevara a cabo.

Según explicó, la fuerzas y cuerpos de Seguridad tuvieron "que conjugar dos factores: garantizar la seguridad colectiva y dar cumplimiento a un mandato judicial. Era una misión difícil y complicada", por eso se preveía que iban "a encontrar muchas complicaciones para realizar la instrucción de la Fiscalía.

Según el máximo responsable policial, el mayor de los Mossos Josep Lluís Trapero "había puesto reticencias u objeciones a ser coordinado por un responsable del Ministerio del Interior", como era el coronel del Guardia Civil Diego Pérez de los Cobos, al que destinó para este fin el fiscal superior de Cataluña, José María Romero de Tejada, ya fallecido.

El testigo precisó que el fiscal discutió el plan de la Policía de la Generalitat era el previto "para unas elecciones normales, pero no para un dispositivo de la envergadura de un referéndum que había sido declarardo ilegal por el TC.

El testigo explicó que la policía empezó su despliegue el 20 de septiembre y lo concluyó el 26. Su misión era auxiliar a los Mossos, porque ellos tienen la competencia de seguridad ciudadana en Catalunya, pero el fiscal jefe también le pidió a policía y Guadia Civil que tuvieran unidades listas por si tenían que actuar "de motu propio por un hecho concreto" o ante la inacción de los Mossos.

En este sentido, señaló que se preparó "un amplio dispositivo y un gran despliegue de antidisturbios", encaminado a dar apoyo a los Mossos y si había una "inacción" o que el dispositivo fuera "inadecuado" actuarían. "Nosotros teníamos la percepción que la policía autonómica no cumpliría y nos dimos cuenta a primera hora del 1-O", una percepción que justificó en las declaraciones y la actitud de Trapero.

HOTELES

El testigo relató que en los hoteles donde se alojaron policías nacionales se personaron personas para protestar su presencia. "Les gritaban y nos les dejaban descansar", según le informó la brigada de información".