El mayor de los Mossos d’Esquadra, Josep Lluís Trapero, decidió ayer acatar las instrucciones de la Fiscalía Superior de Catalunya de investigar e impedir los preparativos y la celebración del referéndum independentista previsto para el 1 de octubre. Desoyó así el llamamiento que pocas horas antes había lanzado el president Carles Puigdemont a la policía catalana para que incumplieran el mandamiento judicial.

En un comunicado interno dirigido a todos los agentes del cuerpo policial catalán, el mayor Trapero adjunta las instrucciones de la fiscalía para que se lleven a cabo las acciones policiales correspondientes ante actos que ejecuten «autoridades, funcionarios públicos o particulares en connivencia con los anteriores, dirigidos a preparar y celebrar el referéndum de autodeterminación, en tanto que indiciarios de delitos de desobediencia, prevaricación y malversación».

Trapero también comunica con esta orden que la Comisaría de Información será la encargada de centralizar todos los atestados de cada actuación. Con independencia, matiza, de las actuaciones que los agentes tengan que realizar de manera inmediata cuando la urgencia de la situación lo requiera.

CONSUMACIÓN DEL DELITO / El fiscal superior de Cataluña, José María Romero de Tejada, se había reunido ayer por la mañana con el mayor Trapero y con los máximos mandos de la Policía Nacional y la Guardia Civil, el comisario Sebastián Trapote y el general Ángel Gozalo Martín, respectivamente, para comunicarles las órdenes del fiscal general del Estado de impedir cualquier acto de preparación del 1-O a fin de evitar la «consumación del delito». En este sentido, les informó de la obligatoriedad de «requisar urnas», sobres electorales, manuales, propaganda y elementos informáticos destinados a la celebración de la consulta unilateral.

Ante estas órdenes, el Govern ejerció ya de forma poco disimulada la desobediencia. A primera hora de la mañana y antes de la reunión del fiscal superior con Trapero, Puigdemont declaró en RAC-1: «Los Mossos tienen como función principal garantizar la seguridad de la gente. El 1-O garantizarán la seguridad de la gente. La policía no ha de hacer política». El president instó a «dejar tranquilas» a las policías catalanas, tras lo que añadió: «Habrá 6.000 urnas por el territorio, y entre escoger retirar urnas o velar por la seguridad, creo que las policías, todas, tienen prioridades en la vida. Retirar una urna no es perseguir un delito, organizar un referéndum no es un delito».

Horas después, el portavoz del Govern, Jordi Turull, exteriorizó la misma reflexión que Puigdemont en un tono de desacato evidente a las instrucciones judiciales: «La prioridad del Govern y su policía es luchar contra el terrorismo. La confianza en las decisiones que tome el mayor Trapero es total y absoluta. Es mucho más útil que dediquemos todos los efectivos que podamos a la lucha contra el terrorismo».

Trapero accedió a la sede de la fiscalía, en la calle de Pau Claris de Barcelona, poco antes de las doce del mediodía, hora a la que había sido citado con los dirigentes del resto de cuerpos de seguridad. Numerosos fotógrafos y cámaras de televisión esperaban su llegada.

Otros mandos policiales citados a la reunión, que consistió en comunicar oficialmente la decisión de la fiscalía general y diró apenas media hora, prefirieron acceder en coche por el párking de la fiscalía.