Después de una semana de virajes y cambios de estrategia, Quim Torra ha advertido por primera vez a los CDR de que no tolerará algunos comportamientos en las manifestaciones. Durante la sesión de control en el Parlament, el presidente de la Generalitat ha rebajado sus críticas a las actuaciones de los Mossos y se ha dirigido a las últimas protestas protagonizadas por los grupos de agitación del independentismo: “No se puede atacar los cordones policiales, no se puede tirar vallas”.

Lo ha dicho en referencia a los sucesos de la semana pasada en Girona, cuando la policía impidió que los manifestantes reventaran una concentración Vox en la ciudad. En respuesta al diputado de la CUP Carles Riera, que defendió sin ambages a los CDR y criticó a los Mossos, Torra ha asegurado también que “no se puede caer en las provocaciones de la ultraderecha”, y que hubo episodios que son “intolerables en cualquier país del mundo”.

Pero el presidente de la Generalitat ha subrayado también que no le gustaron las imágenes de algunas cargas, y ha asegurado, en relación con el dispositivo policial, que “cualquier actuación al margen de los protocolos será estudiada y expedientada”.

Torra se ha referido también a su difícil relación con los Mossos a preguntas de Miquel Iceta (PSC) e Inés Arrimadas (Ciutadans), muy críticos con el ‘president’. Iceta le ha afeado que llamara a los CDR a “apretar” al Govern y después, cuando actuaron los Mossos, amenazara con abrir expedientes. “O ciñe su actuación al marco legal vigente o no podrá contar con nosotros para nigún diálogo ni pacto”, le ha advertido el líder socialista.

ARRIMADAS PIDE EL 155

Arrimadas ha recordado que para el día 21 de diciembre, cuando se reunirá el Gobierno español en Barcelona, están previstas numerosas acciones de los CDR en toda Catalunya. Y ha acusado a Torra de “amparar y animar a los violentos”. “Quiere hacer de Catalunya un territorio sin ley siguiendo el ejemplo de los Balcanes. Usted es un peligro público para la convivencia y la seguridad. Lo que tiene que hacer el Gobierno de España es protegernos de ustedes”, ha añadido, mientras mostraba un cartel que pedía que se vuelva a aplicar el artículo 155 en Catalunya.

En cuanto a la relación con el Gobierno de Pedro Sánchez, Torra dio por acabada la etapa abierta con el apoyo de los partidos independentistas al socialista con motivo de la moción de censura de la pasada primavera. “Le dimos el voto, claro que sí, porque creíamos que era posible hallar una solución política. Pero, ¿cuánto hace que Pedro Sánchez no habla de diálogo? Nos alarma que, además, él se acoja ahora a los argumentos de la derecha”.

Al hilo de una más que contundente intervención del presidente del grupo parlamentario de ERC, Sergi Sabrià, Torra afirmó que de lo que “hay que hablar”, el próximo 21 de diciembre con el Gobierno “es de autodeterminación y de la situación de los presos”.

Sabrià había tildado de “cobarde y electoralista” la actuación del PSOE y, en concreto, del presidente del Gobierno en la sesión parlamentaria que, simultáneamente, se estaba celebrando en Madrid, en la que el socialista había empleado un tono más que duro hacia el independentismo. Sabrià, además, señaló que el independenstismo tiene paciencia, “pero no infinita”.

“Estoy plenamente de acuerdo con todo”, dijo Torra a modo de recogida de guante. Y porfió en el tono tenso. “Recibimos con estupefacción las tres cartas del Gobierno” a cuenta de la presunta inacción de los Mossos en las acciones de los CDR del fin de semana. “Todo esto ya lo hemos vivido. Esta voluntad por volver a crear este relato inventado de que en Catalunya reina el caos, ya lo hemos visto antes”, apuntó el ‘president’ en referencia al relato judicial de los hechos del 20 se septiembre del 2017 ante la ‘conselleria’ de Economia.

Trató Torra de explicar lo de la ‘vía eslovena’, con escaso éxito porque el caso del país balcánico es tan complejo que permite que cada uno se acoja a la parte del relato que le interesa. El que defiende Torra es que Eslovenia, ante el intento de bloqueo del Gobierno federal yugoslavo, hizo una declaración unilateral de independencia, apoyada por la gran mayoría de la población (por encima del 90% con más, también, del 90% de participación). Torra dijo que lo que vino después, en referencia implícita a la sesentena de fallecidos en los choques entre la policía eslovena y el el ejército federal, “no era ‘vía eslovena’”. Es decir, la violencia era atribuible a Belgrado y no a Lubliana.