Este es uno de los momentos en los que los malditos tópicos provocan el temor de que el lector piense que siempre es lo mismo, que se dicen siempre las mismas cosas cuando alguien muere. Dan igual los tópicos porque José Antonio Alonso (28 de marzo de 1960-2 de febrero del 2017) sí era una buena persona, sí era honesto, sí era leal y muy querido.

Toño Alonso amaba la vida, disfrutó y sufrió intensamente. Pocos saben además que era tímido, muy tímido. Discreto y reservado, muy pocas personas más allá de su familia conocían la gravedad de su enfermedad que se lo ha llevado a los 57 años. A quienes nos considerábamos sus amigos nos deja ese sentimiento de tristeza y de rabia que lleva a preguntarse por qué la buena gente tiene que abandonaros tan pronto. Le respetábamos y le queríamos porque jamás hizo daño a nadie y porque él siempre respetó a los demás.

Sí, era amigo del alma de José Luis Rodríguez Zapatero desde la infancia, pero jamás utilizó esa amistad con el presidente del Gobierno. Ni presumió de ella. Nunca le pidió nada. Al contrario, siempre le dio mucho pudor que se le considerara solo 'amigo de' y esa fue una de las razones por las que se ganó el respeto de todo el Partido Socialista.

Fue ministro de las dos carteras 'de Estado' y en las dos aplicó la honestidad, la discreción y el sentido del deber con su país como normas básicas. Toño Alonso creía profundamente en el Estado de Derecho y ejercía un patriotismo profundamente arraigado en el respeto a la pluralidad y a la igualdad de oportunidades.

LEALTAD PERSONAL Y COMPROMISO POLÍTICO

Cuando Zapatero le pidió que dirigiera el Grupo Parlamentario Socialista (marzo 2008-febrero 2012) aceptó por lealtad personal y compromiso con el PSOE. Fue la convulsa y terrible segunda legislatura de Zapatero en la que la mayor crisis desde la segunda guerra mundial llevó al Gobierno y al partido a vivir momentos muy duros. Y Toño aguantó. Otros en sus circunstancias se hubieran ido, porque él tenía vida y carrera profesional más allá de la política. Aguantó sin ser eso que se define como 'político profesional' por lealtad y compromiso. Porque Toño no era de los que abandonaba el barco cuando azota el temporal.

Jamás participó en conspiraciones internas, jamás fue contra nadie. Pausado y tímido pero firme en sus convicciones dejó la política cuando Zapatero dejó de ser secretario general del PSOE (febrero del 2012).

Toño Alonso siempre fue el mejor de la clase. Nació en el barrio de El Crucero, en León, un barrio obrero donde se le podía ver de cuando en cuando. Estudió derecho en la Universidad de León, siempre con becas que obtenía gracias a sus excelentes notas. A los 25 años ya era juez y a los 28, magistrado. Fue portavoz de Jueces para la Democracia y vocal del Consejo General del Poder Judicial, cargo que abandonó en el 2004 tras aceptar ser el cabeza de lista del PSOE en la provincia de León, su amada tierra, en las elecciones generales del 2004.

JUGABA AL AJEDREZ Y TOCABA LA GUITARRA

Cerebral y apasionado, aunque parezca contradictorio. Le gustaba jugar al ajedrez y tocar la guitarra y ambas cosas se le daban bien. Era Zapatero quien contaba a todo el mundo las partidas de ajedrez a las que jugaban desde adolescentes, pero él no contaba nada, ni quién ganaba ni quién perdía. Si le preguntabas solo respondía con una amplia y pícara sonrisa.

Dejó la política con la misma discreción con la que llegó. Jamás presumió de nada y lo único que de verdad le importaba era el cariño de los suyos.

Esta vez será casi imposible encontrar a alguien que reproche algo a José Antonio Alonso ni siquiera en voz baja, pero esta vez porque es verdad que era buena persona. Porque quienes le conocimos le queríamos y le respetábamos.

* Angélica Rubio fue miembro del Gabinete de Zapatero del 2000 al 2011