Inés Arrimadas ya prepara su mudanza. Con su escaño garantizado en el Congreso de los Diputados abandonará el acta de la Cámara catalana, no sin antes despedirse en el que será su último pleno convocado para la próxima semana. Su marcha deja a Ciutadans sin líder orgánico ni parlamentario, y a la oposición sin su primera espada.

Fuentes de los naranjas, insisten en separar su sucesión en la Cámara catalana de la del partido. En el primer escenario, suenan con fuerza en las quinielas Carlos Carrizosa y Lorena Roldán, pero aún no está resuelto el relevo, que se debate en absoluto secretismo. En el segundo, no descartan el fichaje de un independiente que deberá someter su candidatura a unas primarias. Y es que de esa votación saldrá el jefe de filas que deberá competir en un eventual adelanto electoral por la Presidència de la Generalitat, con el complicado encargo de reeditar su victoria en Catalunya.

El propio portavoz en el Parlament no quiso mojarse. Carrizosa ni confirmó ni ha desmintió los rumores. Se limitó a decir que el partido no había anunciado nunca que Roldán pudiera tomar las riendas. "La persona que sustituya a Arrimadas la decidirán los militantes", zanjó este martes, estatutos de la formación en mano. Eso sí, admitió, que habrá necesariamente "ajustes" en el grupo parlamentario, unos recambios con los que no será fácil lidiar, ya que Arrimadas ha ocupado todos los tiros de cámara, ha dirigido a los suyos sin discusión y ha acumulado cada vez más poder en una formación que ahora deja endeble.

Y es que en Ciutadans no solo padecerán la pérdida de su indiscutible lideresa, sino también la de uno de sus fieles: José María Espejo-Saavedra, hombre de plena confianza para Albert Rivera y gran estratega de la dinámica parlamentaria debido a su trayectoria en la vicepresidencia segunda del Parlament. Los naranjas no están dispuestos a perder su peso en este cortafuegos del debate parlamentario y deberán elegir a una persona con amplia experiencia institucional.

Los resultados del 28-A en Cataluña también les empujan a buscar un dirigente que no les haga perder fuelle. En las generales, han logrado mantener los escaños cosechados en el 2016, hecho que les permite afirmar que su partido "no se ha desvirtuado", pero no han logrado exhibir músculo situándose en la quinta posición, lejos de aquella victoria el 21-D. De hecho, Carrizosa rehusó este martes entrar al detalle sobre los resultados porque, según explicó, aún los están analizando.

Él mismo tuvo que capitanear gran parte de la campaña electoral como escudero de Arrimadas, que centró la quincena en incrementar su presencia en el resto de España. Carrizosa, pese a no figurar en lista a las generales, protagonizó junto a la número cinco, Carina Mejías, la gran mayoría de los actos, coloquios y debates sobre el territorio. Se esforzó en ungir a Arrimadas como tándem de Rivera, asegurando que su papel será "capital" y que mantendrá una "absoluta conexión con el grupo" para intentar que el conflicto catalán "siga en la mente de la dirección parlamentaria y nacional".