Tanto en el Gobierno como en la dirección del PSOE reconocen que no se ha gestionado de la mejor manera posible los intentos de atraer al independentismo hacia los Presupuestos, aceptando la figura del relator y una mesa de partidos catalanes y estatales. Aunque eran reivindicaciones de ERC y el PDECat, no han servido, al menos de momento, para salvar la tramitación de cuentas. Pero los socialistas confían en que la manifestación de las derechas hoy en Madrid tenga tres efectos positivos para ellos.

El primero, volver a unir al PSOE, que esta semana ha vuelto a entrar en combustión por la política territorial del Ejecutivo, con los principales barones y dirigentes históricos como Felipe González desmarcándose y criticando a Sánchez. El segundo, hacer ver al independentismo que con el PP, Ciudadanos y Vox les «irá mucho peor», explican fuentes socialistas, que aún mantienen la esperanza de que republicanos y posconvergentes retiren sus enmiendas a la totalidad y los Presupuestos puedan comenzar su tramitación en el Congreso el próximo miércoles, justo un día después del inicio del juicio al procés en el Tribunal Supremo.

¿GENERALES EN MAYO U OTOÑO? / Y el tercero, más a largo plazo, tiene que ver con las elecciones. El Gobierno cree que la concentración de las derechas polarizará aún más el escenario político, algo que tradicionalmente ha provocado que dos partidos reciban la mayor parte de apoyos. En esa coyuntura, los socialistas creen que, con Podemos en un proceso casi de descomposición, podrán concentrar el voto de izquierda en las próximas generales.

Si las cuentas son rechazadas la semana que viene en el Parlamento, como parece probable, Sánchez podría hacer coincidir los comicios legislativos con los autonómicos, municipales y europeos del 26 de mayo, pero aunque la hipótesis del súperdomingo ha vuelto a cobrar fuerza, otoño se sigue viendo en la Moncloa como la fecha más verosímil para las próximas generales.

LA MANIFESTACIÓN / Precisamente para lograr esa máxima polarización del tablero político, Sánchez trató de escorar a PP y Cs hacia la extrema derecha utilizando como botón de muestra el hecho de que hoy compartirán manifestación en el centro de Madrid con Vox. «Creen que pactando con la ultraderecha van a moderarla cuando es todo lo contrario. La ultraderecha va a radicalizar a ambas formaciones y mañana [por hoy] vamos a tener una prueba de ello», alertó durante un mitin en Barakaldo (Vizcaya).

En opinión del jefe del Ejecutivo central, la marcha de hoy contra el Gobierno representará «una España en blanco y negro que pretende dar marcha atrás», frente a la «España en positivo» que quiere «derechos, libertades y oportunidades», y que es la que, defendió Sánchez, representan los socialistas.

El presidente del Gobierno insistió en que el único camino «posible y transitable» en la crisis política catalana es el diálogo y la Constitución.

Sánchez lamentó la, en su opinión, «vuelta atrás» que proponen PP y Ciudadanos con la manifestación de hoy y sostuvo que que frente a esas opciones, la «mayoría defiende la España autonómica basada en la cohesión social y territorial». «Ahora se dedican a gritar Viva España pero el patriotismo es trabajar todos los días por que en España se viva mejor», añadió, y avisó al PP y a Ciudadanos de que con su acercamiento a Vox no conseguirán moderar a la ultraderecha. Y enmarcó la unidad de estas tres formaciones en el auge de los populismos de derechas en todo el mundo. «No somos una isla, es como lo que está pasando en Francia, Alemania, Estados Unidos, Holanda o Brasil», reflexionó en Barakaldo.