Pedro Sánchez recuperó ayer su lema más conocido, que le llevó a ser destituido por el PSOE y después a recuperar contra pronóstico el liderazgo del partido. «No es no», dijo en Tele 5. Esta vez, sin embargo, no se refería a una posible abstención para dejar gobernar a Mariano Rajoy, al que Sánchez echó de la Moncloa con su moción de censura, sino a la posibilidad de que Cataluña se independice.

«No es no. No va a haber independencia. No se va a vulnerar la Constitución. El problema en Cataluña se llama convivencia, no independencia. Y hay dos caminos. Continuar con la confrontación, o dentro de la Constitución y el Estatut reconstruir la convivencia», explicó el jefe del Ejecutivo, que también se detuvo en lo ocurrido horas antes en el Parlament, que aprobó una moción del PSC instando a Quim Torra a someterse a una cuestión de confianza o convocar elecciones, para exigir a los líderes de Junts per Catalunya y ERC que reconozcan ante sus simpatizantes que todo ha sido un «engaño». «Tienen que ser valientes. La independencia no va a ser posible. No solo porque la Constitución lo impide, o porque la comunidad internacional ha dado la espalda al independentismo, sino porque los catalanes no quieren la independencia», señaló el socialista.

LOS INDEPENDENTISTAS / A poco más de tres semanas de las elecciones generales del próximo 28 de abril, con el PSOE liderando todas las encuestas a una holgada distancia del PP, los socialistas temen que su relación con el independentismo, que apoyó la moción de censura de Sánchez, pueda pasarles factura en las urnas, como ocurrió en diciembre en Andalucía. Las recientes palabras del primer secretario del PSC, Miquel Iceta, en las que dio a entender que habría que permitir un referéndum si «el 65%» de los catalanes eran partidarios de separarse de España, sentaron mal en el entorno del presidente.

Sánchez está dispuesto a activar de nuevo el artículo 155 si se repiten los hechos de otoño del 2017 («de forma proporcional y consensuada», dijo), pero también apostó por «el diálogo dentro de la Constitución» y dejó la puerta abierta a un indulto en el caso de que los líderes independentistas sean condenados.

Las cloacas del Estado fueron el otro gran asunto de la entrevista, en alusión a la llamada brigada patriótica policial que actuó durante el Gobierno de Rajoy para, entre otras cosas, intentar destruir a Podemos. Aquí Sánchez también fue tajante. Por un lado, aseguró que el entramado ya no existe, porque «este Gobierno ha limpiado cualquier duda que pudiera existir sobre la Policía». Por otro, anticipó que sus responsables «van a pagar hasta las últimas consecuencias». En su opinión, este caso es «el último ejemplo de la corrupción» vivida en los siete años de Gobierno de Mariano Rajoy.