El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, plantea en su libro Manual de Resistencia, que presentará mañana, una reforma de la Constitución para «recomponer el consenso perdido» y «poner orden», pero considera «absurdo» que para ello haya que lograr un consenso equiparable al de 1978 porque, alega, este argumento «opera en contra de cualquier acuerdo».

En su opinión, la reforma de la Carta Magna no tiene por qué cerrarse en cuatro años, sino que plantea iniciar un proceso ahora que acabe en seis, ocho o diez años para hacerlo «en serio, con profundidad y sin prisa».

En Manual de Resistencia, el primer libro publicado por un presidente en ejercicio, Sánchez explica las dos decisiones que tomó nada más llegar a Moncloa: cambiar el colchón de la cama y dar cobijo al Aquarius. Se extiende especialmente en la crisis de Cataluña y destaca la «oposición de Estado» que considera que ejerció su partido apoyando a Mariano Rajoy, tanto en el rechazo a la celebración del referéndum ilegal del 1 de octubre del 2017 en Cataluña como en la aplicación del 155. De hecho, y tras señalar que el PP tiene que aprender de esa oposición advierte: «El 1-O podíamos haber hecho que cayera un Gobierno y no lo hicimos».

Relación con Felipe VI / Sánchez asegura que ha establecido una «relación de complicidad» con el rey Felipe VI y que ésta comenzó a raíz de la decisión de Rajoy de no aceptar la propuesta del monarca de presentarse a la investidura tras las elecciones de diciembre de 2015. «Conectamos de forma especial, confiamos el uno en el otro y se estableció una relación muy franca», afirma.

Hasta entonces la relación se había producido dentro de los cauces institucionales y protocolarios, pero que en los días «intensos» en que se estaba negociando la investidura, la relación se intensificó.

Según el ahora presidente del Gobierno, la prueba de esa relación estrecha que establecieron se produjo unos meses después, cuando dimitió como secretario general del PSOE. Le llamó para darle ánimos y según Sánchez, «es un gesto que lo humaniza como persona».

También detalla su primera medida en Moncloa, que fue cambiar el colchón de la cama y pintar el dormitorio principal. Así lo afirma, a modo de «broma», al inicio del primer capítulo. «Siendo fiel a la verdad y a la cronología, debo decir que mi primera decisión como presidente la tomé con mi mujer, Begoña, porque las cuestiones de intendencia se anteponen a casi todo», asegura. Recurriendo al refranero, asegura que «dos que duermen en el mismo colchón acaban siendo de la misma opinión» y afirma que él quería mantener su criterio «alejado» del de su predecesor.