El Gobierno maneja análisis que apuntan a un recrudecimiento de la violencia en Catalunya durante los próximos días pero, aunque tiene preparadas todas las respuestas por si esa escalada se materializa finalmente, no quiere precipitar la aplicación de medidas excepcionales y se centra en respuestas operativas como el envío de agentes de refuerzo. A falta de que la Fiscalía investigue el alcance penal de los incidentes y pueda señalar a sus presuntos responsables, Pedro Sánchez aboga por la firmeza desde la centralidad: ni acepta las propuestas de PP y Ciudadanos para aplicar de inmediato la ley de seguridad nacional o el 155, ni comparte la «empatía» con el independentismo que defiende de Podemos. El presidente considera que la coordinación de los cuerpos policiales es la adecuada, por lo que no se dan las circunstancias exigibles para actuar con la mano dura que reclama la derecha de no ser que se desencadenan nuevos escenarios, como una eventual implicación de dirigentes políticos estimulando a los grupos de protesta violenta.

En este contexto, Sánchez hizo un llamamiento expreso al ‘president’ Quim Torra. «Nosotros vamos a modular nuestra respuesta en función de la actitud y de las decisiones que tomen los responsables de la Generalitat», advirtió, ya por la noche, tras haberse reunido con Pablo Casado, Pablo Iglesias y Albert Rivera en la Moncloa. «Ningún gobernante puede camuflar su fracaso tras cortinas de humo o de fuego», zanjó.

MODERACIÓN COMO FORTALEZA / Y con esta advertencia, Sánchez admitió que las investigaciones sobre los episodios de violencia en Catalunya están abiertas y que el Gobierno tiene ya las primeras claves. Conociendo esa información pero sin desvelarla, el presidente pidió una y otra vez a los responsables del Govern que condenen de forma tajante cualquier acto violento y les advirtió de que están gobernando solo para los radicales. «Tenemos información. Empezamos a saber quién está detrás de esta plataforma [Tsunami Democràtic], pero no diré nada hasta que podamos actuar», alertó.

El presidente en funciones se dirigió «a los violentos y a quienes los amparan y los jalean» para decirles que enfrente no se van a encontrar un Gobierno excedido, ni a un Ejecutivo inactivo, sino a «la moderación como forma de fortaleza». «La única esperanza de los grupos violentos es que cometamos errores, vernos exaltados y divididos. Nos quieren exaltados para que caigamos en sus provocaciones y en una espiral violenta», reflexionó.

Su negativa a aplicar de inmediato medidas excepcionales no gustó a los líderes de PP y Cs. En el Gobierno tampoco sentaron nada bien las críticas de los dirigentes de derechas en un asunto tan sensible que requiere la unidad de las fuerzas políticas.

Lejos de esa unión que pretendía el Ejecutivo, Casado dijo que teme que el presidente actúe con «imprevisión» en los próximos días, informa Pilar Santos. Le pide que aplique ya la ley de seguridad nacional y el requerimiento previo para activar el 155. Considera que la participación de Torra en las marchas de ayer y su mensaje «apreteu, apreteu» a los CDR son suficientes para mandarle ese documento, previo para intervenir la Generalitat.

emergencia nacional /Rivera, que estaba en Barcelona y no anuló sus actos de partido allí, fue el último en reunirse con Sánchez y el que menos tiempo estuvo. Considera el máximo dirigente de Cs que estamos ante una «emergencia nacional» y reclamó al presidente que aplique «sin complejos» el 155 para destituir a Torra, a quien acusó de ponerse al frente de los cortes de vías. Para él, la ley de seguridad nacional es «insuficiente» y lo que reclama es «blindar» Barcelona con todos los agentes disponibles para evitar que nuevos actos de violencia. Ante la negativa de Sánchez, expresó su esperanza en que el Gobierno cambie de criterio.

Iglesias, en cambio, apuesta por medidas que contribuyan a la desinflamación, informa Miguel Ángel Rodríguez. El podemista dijo salir del encuentro con la sensación de que el Gobierno no va a aplicar en el corto plazo medias excepcionales. Le pidió «inteligencia, tranquilidad y sensatez» para afrontar la situación, puesto que a su modo de ver, «lo que toca en Catalunya es empatía, diálogo y en el marco de la ley buscar soluciones políticas».

El Gobierno evalúa la situación en Cataluña tras la sentencia del procés desde el comité de coordinación que está en alerta permanente desde que fue activado, el pasado jueves. Este órgano está integrado por el gabinete de Presidencia, Vicepresidencia, Seguridad Nacional, CNI, Interior, Asuntos Exteriores, Defensa, Justicia, Economía, Hacienda, Fomento y la Secretaría de Estado de Comunicación.