Pedro Sánchez no prevé un confinamiento generalizado en todo el país, como hubo en las primeras semanas de la alarma. Y promete "reforzar" la cooperación con las comunidades autónomas en la lucha contra la pandemia del covid-19, sin olvidar que la responsabilidad es suya. De los territorios. Singularmente, de Madrid, de nuevo foco del coronavirus en todo el país.

El presidente del Gobierno concedió este sábado una entrevista en 'La Sexta noche' apenas 48 horas antes de su reunión, en la sede del Ejecutivo madrileño, en la Puerta del Sol, con Isabel Díaz Ayuso. La Moncloa, desde que el jueves anunció su ofrecimiento para abordar la alarma sanitaria, ha mantenido el mensaje de "colaboración" entre las dos administraciones para doblegar la curva. Pero, en privado, muchos en el Gabinete se llevaron las manos a la cabeza al conocer las "confusas" e "insuficientes" medidas adoptadas por la presidenta regional y que entrarán en vigor el lunes. El jefe del Ejecutivo se ciñó a esa previsible prudencia: irá a su encuentro con Ayuso a "ayudar", y no a "juzgar" ni a "tutelar".

En primer término, Sánchez reconoció su "preocupación" por la segunda ola de la pandemia, aunque advirtió de que es "distinta" a la primera, porque la velocidad de crecimiento es "más lenta", porque se detectan más positivos (seis o siete casos de cada 10 contagiados, cuando en marzo o en abril se diagnosticaba uno de cada diez), porque cuatro de cada diez infectados son asintomáticos y porque la mediana de edad ha bajado desde los 60 hasta los 35 años. La letalidad es "muy inferior" (del 12% al 1%), y la presión hospitalaria, cierto, asumió, está "creciendo", y en Madrid de manera "preocupante". En definitiva, los "datos invitan a la preocupación", pero "el sistema está mucho más preparado" y la receta es que hay que "reforzar la colaboración con las comunidades".

Después de que el consejero de Sanidad madrileño, Enrique Ruiz Escudero, reconociera este sábado en una entrevista en 'Abc' que no se puede descartar cerrar la ciudad si hiciera falta y el virus no se controlara, Sánchez indicó que no prevé un segundo enclaustramiento generalizado de toda España. "Yo no contemplo el confinamiento en el país, aunque no podemos cerrar ninguna puerta". El presidente argumentó que el Ejecutivo y las comunidades disponen de "herramientas" para doblegar la curva. "Y lo podremos hacer con unidad de los gobiernos autonómicos y del Gobierno, y es lo que trasladaré a Ayuso".

"Todos los recursos del Estado"

El líder socialista manifestó que espera que las medidas anunciadas el viernes por la dirigente conservadora sean las correctas y sirvan para contener el avance del virus. "Mi mensaje es que el Gobierno va a ir el lunes a la Puerta del Sol a ayudar, a apoyar, no vamos a juzgar ni a evaluar", subrayó, en un mensaje muy calculado. El Ejecutivo, añadió, "cree en el Título VIII de la Constitución", el que define el marco competencial de cada administración, y por tanto respetará el poder de las autonomías para dirigir la política asistencial, mientras que su Gabinete pondrá a disposición de ellas, y en este caso a Madrid, "todos los recursos del Estado".

Sánchez expuso que el hecho de ser él quien se desplaza a la sede del Gobierno regional demuestra su voluntad de trasladar un mensaje de "proximidad y empatía", de "absoluta colaboración" con la administración autónomica. Y aunque haya "quien piense" que debe responder con el choque contra una presidenta que ha hecho de la confrontación con él su bandera, él cree que la lucha partidista ha de "apartarse" en el combate contra el virus, porque es un "enemigo común". "Hay que arrimar el hombro y es lo que voy a hacer. Voy a Sol solo a ayudar", y "no a sustituir, juzgar o tutelar", insistió. "Lo que quiero es doblegar la curva. Lo hicimos hace escasos meses y lo volveremos a hacer".

La oferta de alarma territorializada que lanzó a finales de agosto sigue presente, recordó. Y el Gobierno ha puesto a disposición de las comunidades 2.750 rastreadores militares y ha creado un fondo covid de 16.000 millones de euros a fondo perdido, de los cuales 9.000 son para sanidad y 2.000 para educación. El presidente tiró de los datos de Hacienda para subrayar la implicación con la Comunidad de Madrid: ya ha recibido 1.495 millones para sanidad y otros 292 para la vuelta a las aulas.

El jefe del Ejecutivo rehusó "entrar en un concurso de reproches" sobre por qué España es el país con más afectación del virus en toda Europa, aunque no se privó de recordar que intentó alargar el estado de alarma para hacer una desescalada más lenta y los grupos, entre ellos el PP, no se lo permitieron. Defendió que el Gobierno "ha estado encima" desde que se entró en la nueva normalidad, como lo prueban las sucesivas conferencias de presidentes (ya con una periodicidad mensual) o los consejos interterritoriales de sanidad que preside el ministro Salvador Illa cada semana. Sánchez, en ese punto, recordó que hay comunidades que han hecho "un trabajo extraordinario" y citó el caso de Aragón, que pudo contener los brotes en el colectivo de temporeros. No lanzó reproches a las comunidades menos cumplidoras, pero sí arremetió contra Pablo Casado por tirar de la "hipérbole", cuando no del "insulto", aunque se centró en su mensaje de la necesidad de "pasar página" y de "un nuevo clima político".

Para cerrar el capítulo sanitario, Sánchez animó a todos los ciudadanos a que en las dos primeras semanas de octubre se vacunen contra la gripe y defendió al director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón, criticado esta semana por haberse tomado unos días de descanso que ha aprovechado para grabar el programa de Jesús Calleja en Mallorca: es "un servidor público" con derecho a una semana de vacaciones (cogió otra en julio) y España tiene la "enorme fortuna" de contar con el "conocimiento, 'expertise' y calidad humana de Simón".

Recuperar la economía

En materia económica, Sánchez confió en que pueda cerrarse en los próximos días el acuerdo para la prórroga de los ERTE más allá del 30 de septiembre. El presidente demostró de nuevo que sus tesis son las que pretende imponer dentro de la coalición, sin asumir enteramente las de Unidas Podemos. Así, respecto a la subida de impuestos, insistió en que el Gobierno tiene la "hoja de ruta definida", y el objetivo ahora es la "recuperación, la creación de empleo y el sostenimiento de las empresas". Luego toca impulsar "políticas anticíclicas". O sea, "invertir, movilizar recursos para que la economía no se gripe y tenga gasolina".

De esta manera, no habrá alza impositiva importante para los Presupuestos del Estado de 2021. El "compromiso del Gobierno es ensanchar la base fiscal, no ahora sino en el futuro", cuando la pandemia haya pasado. Y pese a los avisos constantes de Podemos el último este sábado, Sánchez insistió en que quiere mirar a izquierda y derecha para las cuentas del próximo año. "¿Por qué no tener acuerdos inéditos para una situación tan inédita, un acuerdo histórico?". Pidió que decaigan los "vetos cruzados" (los que se imponen mutuamente ERC y Cs) y prometió que los PGE serán "progresistas, pero de país", que aspira a que cuenten con un respaldo que rebase incluso la mayoría absoluta, los 176 escaños, con el único rechazo de PP y Vox. "¿Por qué vamos a estar mirando de reojo al que tenemos al lado cuando los ciudadanos nos están pidiendo que nos unamos?", se preguntó.

Sánchez fue, sorprendentemente, muy duro con el soberanismo, y en particular con Quim Torra. Recriminó al independentismo que "se empeñe en judicializar el conflicto". La inhabilitación del 'president', si finalmente se produce, era "absolutamente innecesaria si hubiera cumplido con la ley". El líder socialista confesó que le produce "profunda tristeza lo que está pasando en Catalunya", que "merece pasar página", "recuperar la vitalidad, la buena política y superar una crisis política, de convivencia, que no ha traído nada bueno". El presidente recalcó su "compromiso" con la mesa de diálogo, aún sin fecha, y lamentó el "nuevo capítulo de judicialización de la crisis, y quien la ha traído es el 'president".

Sánchez reivindicó que la coalición está "funcionando bien" y agradeció la "lealtad" de los miembros de Unidas Podemos. "Para ser la primera experiencia de gobierno que tienen, están cumpliendo con creces", señaló. Pablo Iglesias relató la pasada semana que había mantenido una "discusión fuerte" con él por la "huida" del rey emérito a Emiratos Árabes Unidos. El presidente no entró a rebatirlo: "La gracia está en la discreción. Hay que ser discreto". Minimizó las críticas de los morados a la Monarquía por su ADN republicano. Pero el PSOE, defendió, se comprometió ya en 1978 con el pacto constitucional y de ahí no se ha movido.