Pedro Sánchez busca una rendija de posibilismo por la que se cuele el apoyo de Unidas Podemos a su investidura, una cita que todo apunta a que podría ser el 23 de julio, aunque nada es inequívoco hasta que hoy el jefe del Ejecutivo en funciones comunique oficialmente la fecha a la presidenta del Congreso, Meritxell Batet. Lo hará desde Bruselas, por teléfono, puesto que el aplazamiento de la cumbre de líderes europeos que debe acordar el reparto de cargos de la UE le impidió volver ayer a Madrid.

Aunque Sánchez pone en marcha la cuenta atrás sin los apoyos imprescindibles para repetir en la Moncloa, aspira a persuadir a Pablo Iglesias en la recta final. No está dispuesto a ceder a la vicepresidencia que, según el Gobierno, reclama el líder morado, pero en el Ejecutivo recalcan que a partir de ahora arranca la «alta negociación» y «todo empezará a recolocarse». El podemista apunta a carteras sociales.

Sánchez, que ha encadenado el viaje al G-20, en Japón, con la cumbre europea, llamará a Batet antes de entrar, a las once de la mañana, en la reunión con sus homólogos en Bruselas para anunciarle la fecha de la investidura. Será la presidenta del Congreso la que comunique esa decisión a los portavoces de los grupos parlamentarios y luego la hará pública. A partir de ese momento se espera que el PSOE convoque a los partidos a una nueva ronda de negociaciones.

ENROCADOS EN EL 'NO'

De momento, no ha citado oficialmente a sus aliados potenciales (Unidas Podemos, PNV, ERC y Compromís), aunque bien es cierto que las conversaciones más fructíferas suelen ser las que se guardan con sigilo. PP y Cs siguen enrocados en el no.

Fuentes socialistas apuntan a que la opción más verosímil para la investidura es que el pleno arranque el martes 23, lo que concedería al jefe del Ejecutivo prácticamente tres semanas para persuadir a sus aliados potenciales. A pesar de que aparentemente las negociaciones están rotas con su «socio preferente», el Gobierno cree que hay posibilidades de llegar a un entendimiento. «Hasta ahora solo ha habido un tanteo. A partir de mañana [por hoy] comienza el movimiento, la alta negociación, la fase de la verdad, empieza ahora», sostienen.

Está por ver si con el tic-tac de la investidura emergen fórmulas creativas en la estructura del Gobierno de cooperación. Hasta ahora Sánchez ha ofrecido a Unidas Podemos cargos intermedios (secretarías de Estado), pero Iglesias sigue exigiendo una coalición y esto pasa por ministerios que, desearía, fuesen transversales. En conversaciones discretas, fuentes próximas al dirigente morado han sugerido que estarían cómodos en áreas como Trabajo y Cambio Climático, carteras sociales en las que poder poner el sello de Podemos.

No hay cambio de posiciones en la derecha. El presidente del PP, Pablo Casado, usó ayer un tono muy duro para insistir en que no colaborará «activa ni pasivamente» en desbloquear la actual situación si el PSOE no rectifica su trayectoria de los últimos 15 años y deja de considerar socios a «nacionalistas y radicales», informa Pilar Santos.

AZNAR APOYA A CASADO

Por su parte, Pablo Casado y José María Aznar inauguraron ayer juntos los tradicionales cursos de la fundación FAES en El Escorial. El expresidente del Gobierno dio su bendición a todas las «decisiones» tomadas por su ahijado político, un gesto que llega después de varias semanas en las que algunos dirigentes del partido han alzado la voz contra la derechización del PP por su acercamiento a Vox y del hundimiento en las elecciones generales (de 137 a 66 escaños). Un espaldarazo que incluye también el rotundo no de Casado a apoyar la investidura de Pedro Sánchez, ante algunos (pocos) compañeros de filas que han insinuado que se equivoca y que debería ayudar al PSOE.

Aznar lamentó que Sánchez no demuestre tener «alguna idea fundada» de con qué mayoría «tiene que contar». «Lo que no está en la lógica constitucional es echar sobre los demás la propia responsabilidad de conseguir esa mayoría ni exigir apoyos gratuitos», dijo el exlíder del PP.