El Gobierno continúa preparando el terreno para abordar los sensibles indultos a los dirigentes independentistas presos por el 1-O. Cada vez es más claro a la hora de abrir la puerta a esta medida. Tras pesos pesados del Ejecutivo como José Luis Ábalos y Carmen Calvo, este martes ha sido el propio Pedro Sánchez quien ha movido ficha. Durante la rueda de prensa para hacer balance del año que ahora acaba, el más inusual de la historia reciente debido a la pandemia del coronavirus, el presidente ha abogado por “superar tiempos aciagos”, en relación a las condenas por el referéndum celebrado en Catalunya en 2017.

El líder socialista ha evitado concretar si habrá indultos. “Me pronunciaré cuando lleguen a la mesa del Consejo de Ministros”, ha dicho. De momento, la Fiscalía ya ha emitido su informe, preceptivo pero no vinculante, en el que rechaza de forma categórica conceder esta medida de gracia. Todavía falta el escrito del Tribunal Supremo, que salvo gran sorpresa será también negativo. Pero el Ejecutivo insiste en que la decisión, al final, será solo suya, y no tiene por qué seguir la posición del ministerio público y los magistrados.

“Este es un Gobierno que desde el principio no ha escondido sus intenciones: apuesta por el reencuentro, la reconciliación entre Catalunya y el resto de España. Es muy importante superar momentos aciagos. Todos hemos cometido errores. Tenemos que aprender de ellos y construir espacios de reencuentro”, ha continuado Sánchez, en la declaración más clara que se le conoce sobre la posibilidad de conceder indultos, que cada vez parece más cercana. Aun así, fuentes del Gobierno descartan que la decisión se apruebe antes de las elecciones catalanas del próximo 14 de febrero.

La reforma del delito de sedición, que incluirá una rebaja de las penas, de la que se podrían beneficiar los dirigentes independentistas, tampoco tiene un horizonte muy definido. El Gobierno se comprometió a impulsarla este año, algo que no ha complido. Sánchez se ha limitado a señalar que entrará en vigor “a lo largo de 2021”.

La "ejemplaridad" de la Monarquía

Durante una larga comparecencia tras el último Consejo de Ministros del año, en la que ha lucido su grado de cumplimiento de los compromisos adquiridos y ha subrayado la “unidad” de la coalición que forman el PSOE y Podemos, Sánchez también se ha detenido en la Monarquía, sometida a convulsiones durante los últimos tiempos, debido a los escándalos del rey emérito, Juan Carlos I. Dentro de su habitual vaguedad sobre los asuntos de la Corona, el presidente ha sido esta vez algo más claro, al anunciar que trabaja con Felipe VI en la “renovación” de la institución, confirmando que habrá cambios en la regulación de la Jefatura del Estado, como sugirió el lunes la vicepresidenta primera.

Sánchez ha elogiado el discurso que el Rey pronunció en Nochebuena, en el que pasó de puntillas por los presuntos trapos sucios de su padre. “Fue una comparecencia valiente, en la que Felipe VI marcó claramente el rumbo hacia el que dirigir la Corona: una monarquía parlamentaria constitucional adecuada a la España del siglo XXI, bajo los pilares de la renovación y de la ejemplaridad. Contará con todo nuestro apoyo y nuestro aplauso para seguir en esa tarea de renovación”, ha señalado. “En esa renovación”, ha insistido el jefe del Ejecutivo, “va a continuar la Corona, y el Gobierno va a ayudar”. No ha querido ir más allá: “Paso a paso. Ya irán conociendo en qué se materializará esa hoja de ruta”.

Una legislatura larga

Durante algo más de una hora, Sánchez ha presentado un informe que recoge el grado de cumplimiento de los compromisos adquiridos por el Gobierno, tanto en sus acuerdos con los distintos grupos parlamentarios como en las declaraciones públicas de los ministros. Según los cálculos de la Moncloa, es muy amplio. “Desde la investidura, el Gobierno ha asumido un total de 1.238 compromisos. A día de hoy, hemos cumplido ya el 23,4%. En el próximo semestre, estaremos en el 32,6%. Es decir, un tercio del total en un tercio del mandato”, ha dicho el presidente.

Porque el líder socialista, a pesar de los continuos choques con sus socios de Podemos (sobre la Monarquía, las pensiones, el salario mínimo o la renovación del Poder Judicial), ha asegurado que esta legislatura será larga. El Ejecutivo, ha dicho, sale de este año tan complejo “más fuerte, más unido, y tiene claro cuál es su hoja de ruta para los próximos tres años: la modernización”.

Oposición "lunática"

Dentro de esta presunta "unidad" en el seno del Ejecutivo, que Sánchez también ha extendido a los ciudadanos, los agentes sociales, las administraciones y la UE, desentona el comportamiento de la durísima oposición de derechas, según su relato. “La oposición describe al Gobierno como una suerte de hombre del saco, que nunca llega, por cierto”, ha dicho.