Pedro Sánchez se ha esforzado durante el inicio de su discurso de investidura en mirar atrás, a 1975, año de la muerte de Francisco Franco y del inicio de la transición. La España de entonces poco tenía que ver con la actual, ha reconocido, pero el momento actual es tan crucial como aquel. "En el 75 lo hicimos y ahora vamos a volver a hacerlo. Les propongo que comencemos la segunda gran transformación de nuestro país", ha pedido al Congreso el candidato socialista durante su primera intervención en el debate, que ha durado dos horas empleadas por Sánchez en presentar su proyecto (básicamente, el programa con el que se presentó a las elecciones del pasado 28 de abril), volver a pedir la abstención del PP y Cs, admitir la dificultad de pactar con Podemos y pasar casi de puntillas por la crisis en Cataluña, pese a que necesita la abstención de ERC para ser reelegido.

"Procedemos de dos tradiciones distintas de la izquierda. Hemos hablado mucho de nuestras diferencias y no está siendo sencillo encontrar un punto de encuentro. Pero lo que tenemos por delante merece mucho la pena. Nos corresponde trabajar para lograr un acuerdo. Y lo que nos une es la promesa de la izquierda: un progreso sostenible y la distribución de ese progreso, una sociedad de hombres y mujeres libres e iguales en armonía con la naturaleza", ha pedido este lunes el líder del PSOE a Podemos, después de casi tres meses de desencuentros en la negociación, solo superados en parte por la renuncia de Pablo Iglesias a formar parte del futuro Ejecutivo. La apelación a los morados, sobre cuyo hipotético apoyo se sustenta la reelección de Sánchez, ha sido breve y ha llegado justo al final.

LOS SEIS EJES

Antes de eso, deteniéndose en los seis ejes sobre los que quiere basar la próxima legislatura (empleo y pensiones, revolución digital, emergencia climática, igualdad, desigualdad social y Europa y cohesión territorial), Sánchez solo había hecho algún guiño a Podemos, como la extensión de modelos parecidos a Madrid Central en toda España, al proponer "zonas de baja emisión obligada" en las ciudades de más de 50.000 personas. [El discurso, en 10 frases]

Iglesias no ha aplaudido. Las negociaciones siguen siendo tensas. No tanto en la parte programática, donde ambas partes anticipan que no habrá problemas en llegar a un acuerdo, como en la conformación de los equipos de Gobierno, ya que Podemos quiere más poder (vicepresidencia y ministerios) del que el PSOE, de momento, está dispuesto a ceder. Fuentes del Ejecutivo anticipan que hasta el próximo jueves, cuando se producirá la votación definitiva sobre la investidura, en la que solo se necesitan más 'síes' que 'noes', no habrá acuerdo.

Pero para que este sea posible el líder del PSOE necesita también de la abstención de ERC, a la que el discurso de Sánchez ha gustado muy poco. "Casi una hora y media y parece que Sánchez tenga mayoría absoluta. Cero referencias a Cataluña", ha señalado en Twitter el portavoz parlamentario de los republicanos, Gabriel Rufián.

En rigor, sí la ha habido, aunque muy pequeña y sin citar directamente a Cataluña. El presidente en funciones ha señalado que busca superar las "tensiones territoriales" con un "proyecto colectivo de regeneración nacional".

"¿Qué sentido tiene fomentar la división cuando necesitamos más unión dentro de la UE? -se ha preguntado-. Es ir contra la historia. La superación de nuestras tensiones territoriales no vendrá solamente de la invocación de la ley y de la Constitución y de su aplicación, sin duda alguna necesaria. Derivará de un proyecto colectivo de regeneración nacional, de progreso y de inspiración europeísta". Aun así, Sánchez tendrá oportunidad de detenerse a fondo en esta materia cuando responda, el martes, a ERC y JxCat.