Pedro Sánchez ha mantenido "horas y horas de conversación" con Pablo Iglesias desde las elecciones generales del pasado 28 de abril. Y prácticamente de lo único que se ha hablado, porque era lo único que le interesaba al líder de Podemos, ha sido, según el presidente en funciones, de su entrada en el Consejo de Ministros. "El 99,9% de las conversaciones con Iglesias no han sido sobre contenidos, sobre derogar la reforma laboral o reforzar el Estado del Bienestar, han sido sobre cargos. En particular, sobre su presencia en el Gobierno", ha señalado el secretario general del PSOE durante una entrevista en la Sexta. Esa presencia de Iglesias en la Moncloa, ha reconocido Sánchez, es el "principal escollo" para que haya un pacto entre socialistas y morados que permita la investidura la semana que viene, durante un debate que, salvo sorpresa, se dirige al fracaso.

Asumiendo que Iglesias no se va a mover de sus planteamientos, y menos aún tras la controvertida consulta a las bases de su partido, el jefe del Ejecutivo y sus principales colaboradores se vuelcan estos días en intentar desmontar al líder de Podemos. "No se dan las condiciones para que Iglesias sea miembro del Gobierno. No me puedo permitir el lujo de tener a un vicepresidente que por lealtad lo único que haga sea mirar para otro lado o silenciar. Necesito que defienda lo mismo. Necesito un vicepresidente que defienda la democracia española y que diga que el Poder Judicial es independiente del Poder Ejecutivo", ha dicho Sánchez, recordando que Podemos defiende el "derecho de autodeterminación" y la existencia de "presos políticos".

LA PETICIÓN

Durante su intervención a puerta cerrada en la ejecutiva socialista que ha tenido lugar poco antes de la entrevista, el candidato a la investidura ha detallado qúe le había pedido Iglesias a cambio del apoyo a su investidura. Según el presidente en funciones, el líder de Podemos habría reclamado para su partido una vicepresidencia social y los ministerios de Hacienda, Trabajo y Seguridad Social, además de la Secretaría de Estado de Comunicación, explican fuentes del PSOE.

Una propuesta de este tipo es, según Sánchez, inviable, debido a las "profundas desavenencias" que le separan de Iglesias. El líder socialista estaría dispuesto, todo lo más, a permitir que miembros de Podemos asuman carteras sociales, siempre que sean especialistas en la materia y no formen parte del núcleo duro del líder morado. Esa es su última propuesta, como avanzó EL PERIÓDICO el pasado jueves, y sigue en pie, pero decaerá tras el debate de investidura.

"La oferta sigue en pie hasta la próxima semana", ha dicho Sánchez durante la entrevista. Es decir, que en septiembre, si hay una oportunidad de volver a intentarlo antes de una repetición electoral que tendría lugar el 10 de noviembre, Sánchez no volverá a abrir esa puerta. Los morados, en cambio, mantienen que el pacto no ha sido posible ahora, pero sí lo será después del verano, cuando Sánchez aceptará, a su juicio, una coalición de la que forme parte Iglesias. "Cualquier formulación que haya después del verano, no pasará por una coalición", ha dejado claro el líder socialista. Según Sánchez, cuando el dirigente morado habla de una "negociación integral", en la que se aborden al mismo tiempo los programas y los equipos, "quiere decir simple y llanamente que él entre en el Consejo de Ministros".

"Me parecería tan duro que votara junto a la ultraderecha por su presencia en el Consejo de Ministros, que tendría que reflexionar a fondo", ha concluido Sánchez, pesimista sobre sus opciones. Aun así, el candidato volverá a llamar en los próximos días a Iglesias para intentar que acepte su última oferta. También se pondrá en contacto con Pablo Casado y Albert Rivera para volver a pedirles la abstención del PP y Cs, algo a lo que estos dos dirigentes de la derecha se niegan en redondo.

LA ADVERTENCIA

Minutos antes, en la sede del PSOE, su secretario de Organización y ministro de Fomento, José Luis Ábalos, ha puesto el foco en que todo será mucho más difícil si la investidura no prospera la semana que viene. "Pensar que hay tiempo hasta septiembre para apurar el reloj de la legislatura con la intención de desgastar al Gobierno o de sacar más rédito partidista o personal en el marco de una negociación in extremis es un error que no puede permitirse una democracia madura", ha señalado Ábalos tras la reunión interna, que ha aprobado un nuevo documento, ampliando el difundido la semana pasada, para negociar con Podemos. Buscar una investidura "a contrarreloj", ha dicho el número tres de los socialistas, "solo servirá para agradar la desconfianza y el recelo entre los diferentes partidos". Sobre todo, entre el PSOE y Podemos.

Ábalos ha dejado claro que no se dan las circunstancias para una coalición como la que propone Iglesias. "Que dos partidos compartan el Consejo de Ministros requiere una profunda lealtad y altas dosis de confianza", ha dicho el ministro.

Las cuentas siguen sin salir para la investidura, con Podemos moviéndose entre la abstención y el voto en contra, y el PP y Cs negándose a abstenerse. "Nadie podría entender que Podemos coincidiera en la votación con la derecha y la extrema derecha en contra de un Gobierno progresista", ha señalado Ábalos, que ha vuelto a pedir a Casado y Rivera, que no "bloqueen" el inicio de la legislatura.

A Casado, el ministro le ha dicho que ahora no se trata de "fijar posición política, sino de dar curso a la legislatura y no abocar a los españoles a unas elecciones generales", las cuartas en cuatro años, que tendrían lugar el próximo 10 de septiembre. Con Rivera, un dirigente que se niega a reunirse con Sánchez ("ni siquiera le coge el teléfono", ha dicho Ábalos) y que se encuentra en plena crisis interna por sus tratos con Vox, el secretario de Organización del PSOE ha sido más duro. "No quiero insistir en dirigirme a Cs. Se puede hacer poco con un partido que incomprensiblemente ha decidido instalarse en la negación de todo, incluido de sí mismo y sus principios fundamentales. Cs vive una profunda crisis existencial. Por el bien de todos, que la resuelvan", ha concluido Ábalos.