El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha superado en el Senado su primer examen parlamentario como jefe del Ejecutivo, estreno que le ha permitido examinar a su vez a la mayoritaria oposición del PP en la Cámara Alta, a la que ha pedido la misma lealtad que mantuvo el PSOE cuando no gobernaba.

Tarde de expectación, saludos, abrazos, reencuentros y cierto ambiente de guante blanco entre Sánchez y los tres portavoces que le han preguntado en la sesión de control, incluido el popular José Manuel Barreiro, si bien la bancada de su grupo ha estado algo alborotada y parecía pedir más leña hacia el flamante presidente.

De hecho, desde sus filas ha emanado un incómodo abucheo al término de la respuesta de Sánchez a Barreiro -interesado en averiguar sus compromisos con quienes le han ayudado a llegar a la Moncloa- al zanjar el presidente: "Las debilidades del anterior Gobierno son las fortalezas del nuevo Gobierno".

Por el abucheo, algún socialista ha gritado "¡Maleducados!" a los del PP y el portavoz del PNV, Jokin Bildarratz, ha recogido el guante al garantizarle que en su grupo siempre encontrará "además de educación, mano tendida". Hasta los del PSOE le han aplaudido.

El ambiente en los pasillos era hoy de nerviosismo, con muchos periodistas y fotógrafos -algunos con una fotocopia a mano con las imágenes de los ministros del Gabinete Sánchez- asesores de estreno y senadores socialistas que no se han podido resistir a un aplauso cuando Sánchez ha entrado por el pasillo.

Él ha avanzado con media sonrisa, ha evitado responder a la prensa, y ha entrado unos minutos en la zona de Gobierno antes de pasar al hemiciclo.

Allí también ha sido agasajado con un aplauso, no muy largo, de los senadores del PSOE ya sentados en sus puestos; Sánchez ocupa desde hoy un escaño diferente del que tenía Rajoy, ya que se sienta en el lado izquierdo del banco azul.

Catorce de los diecisiete ministros de su Gobierno le han acompañado, y no todos tenían pregunta en el pleno de control.

La sesión ha comenzado con un minuto de silencio en memoria de las 14 mujeres víctimas de violencia de género muertas en España desde comienzos de año que han seguido en pie todos los senadores.

Ha dado el presidente de la Cámara, Pío García-Escudero, su bienvenida al nuevo jefe del Ejecutivo y el portavoz del PP, José Manuel Barreiro, también lo ha hecho en los primeros lances de sus siete minutos de pregunta.

Los del PP se han revuelto cuando Pedro Sánchez les ha pedido que,ñ aunque sean adversarios del Gobierno, no lo sean "del Estado", y cuando les ha instado a actuar con "lealtad".

"Las dudas no están en el Estado, están en ustedes", le ha replicado Barreiro, arrancando aplausos en su grupo, que le ha despedido con fuertes palmas y hasta unos muy taurinos "¡bravos!".

Sánchez ha contestado después a la senadora de Coalición Canaria María del Mar Julios Reyes, que ha dedicado sus siete minutos justos a exponer los problemas urgentes del archipiélago canario, y en tercer lugar al representante del PNV, Jokin Bildarratz.

El alcance de su pregunta, referida la necesidad de actuar ante la UE con un plan ante la tragedia de las miles de personas que cruzan y mueren en el Mediterráneo, ha mantenido al hemiciclo en absoluto silencio.

La cuestión ha interesado tanto a Sánchez que ha gastado íntegros sus siete minutos de respuesta sin reservarse tiempo para la réplica.

Antes de que Pedro Sánchez abandonara el hemiciclo, Bildarratz ha bajado desde su escaño hasta el banco azul a saludarle; lo había hecho antes la portavoz de ERC, Mirella Cortès, y no se ha marchado sin que el propio Barreiro, acompañado de Javier Arenas, estrecharan también su mano para darle la bienvenida a la Cámara Alta.