Las negociaciones sobre la investidura de Pedro Sánchez entre el PSOE y Unidas Podemos ya no parecen dar para más. El presidente en funciones ha estallado este lunes contra Pablo Iglesias por la consulta que el líder morado ha decidido someter a las bases de su partido, una convocatoria que para Sánchez, que ha dado por hecho que su reelección fracasará la semana que viene debido al voto en contra de Podemos, supone la "ruptura" de las conversaciones.

"Estoy sorprendido y frustrado por la consulta ha -comenzado diciendo el secretario general del PSOE en la Ser-. Supone la ruptura de las negociaciones. Iglesias no se ha movido de su posición maximalista y, me cuesta verbalizarlo, pero está usando esta consulta trucada para justificar su voto en contra a la investidura, coincidiendo con la ultraderecha".

Iglesias, que insiste en formar parte del futuro Ejecutivo, quizá como vicepresidente, en ningún momento anticipó a Sánchez que iba a llevar a cabo una consulta de este tipo. Para el jefe del Ejecutivo, este gesto ahonda en la desconfianza, algo incompatible con una coalición de Gobierno como la que propone el líder morado. Pero lo más importante, ha subrayado, es que las preguntas están hechas para intentar legitimar su voto en contra durante el debate de investidura, que tendrá lugar la próxima semana en el Congreso de los Diputados. "Estamos en una mascarada bien grande de Iglesias para justificar su 'no'. Estamos ante una ceremonia para justificar lo injustificable. Llueve sobre mojado. Ya lo viví en el 2016 y desgraciadamente se va a repetir en el 2019", ha señalado el líder socialista, que ha subrayado en varias ocasiones que Podemos, si se cumple lo que él pronostica, votará junto a Vox.

A partir de aquí, Sánchez podría volver a intentarlo en septiembre o dar por perdida la investidura y volver a elecciones, que tendrían lugar el 10 de noviembre. El presidente ha evitado tomar partido por ninguna de estas dos opciones, pero ha dejado claro que su candidatura "decae" la semana que viene si fracasa su reelección, y que solo podría ser nombrado de nuevo aspirante tras otra ronda de consultas del Rey Felipe VI.

LAS CINCO PROPUESTAS

La pregunta sometida por Iglesias a sus bases, que podrán votar hasta el próximo jueves, es esta: "Cómo deben votar las diputadas y los diputados de Podemos en las sesiones de investidura de la XIII Legislatura?" La dirección de Podemos da dos opciones: "1) Para hacer presidente a Pedro Sánchez es necesario llegar a un acuerdo integral de Gobierno de coalición (programático y de equipos) sin vetos, donde las fuerzas de coalición tengan una representación razonablemente proporcional a sus votos. 2) Para hacer presidente a Pedro Sánchez, ya sea mediante el voto a favor o mediante la abstención, basta con la propuesta del Partido Socialista: un Gobierno diseñado únicamente por el PSOE, colaboración en niveles administrativos subordinados al Gobierno y acuerdo programático".

"La propuesta del PSOE no está recogida en esa consulta ha argumentado Sánchez-. Hemos hecho hasta cinco propuestas: un Gobierno en solitario, un Gobierno de cooperación, un Gobierno con independientes, volver al punto de partida y ponerse a negociar contenidos y por último, la incorporación al Consejo de Ministros de determinadas personas de Unidas Podemos con cualificación". Ahora ya no habrá nuevas ofertas. Sánchez ni siquiera piensa volver a llamar a Iglesias. De hecho, sus propuestas han "decaído": ya no están sobre la mesa después de la consulta en Podemos, con la que Iglesias dio un "manotazo". Sánchez ya no tiene "nada más que decir".

El líder socialista se ha movido más en estos últimos 15 días que en los dos meses anteriores. Ha concedido varias entrevistas (algo que no hacía desde las generales del pasado 28 de abril), ha aprobado un documento para iniciar las conversaciones con Podemos (básicamente, un resumen del programa electoral socialista), ha nombrado un equipo de negociadores y ha ofrecido a Iglesias que proponga nombres, primero de independientes y después de miembros del partido morado o sus confluencias que no formen parte del núcleo duro del secretario general de Podemos, para incorporarlos, llegado el caso, al Consejo de Ministros.

Pero nada de esto ha servido para desencallar las negociaciones. Podemos, que obtuvo 42 escaños frente a 123 del PSOE, sigue insistiendo en una coalición, en la que Iglesias y miembros de su dirección deberían tener un asiento, algo que Sánchez no contempla de ningún modo.

LA CRISIS TERRITORIAL

"A mí no me gustan los vetos, pero tampoco acepto imposiciones. Yo debo tener la capacidad de poder decidir sobre las personas que se van a incorporar a mi Consejo de Ministros", ha explicado el jefe del Ejecutivo, poniendo el foco en las diferencias con el secretario general de Podemos. "Yo siempre he tenido muchas dudas de que Iglesias se incorpore al Gobierno. Tenemos enormes discrepancias sobre temas de enorme vigencia que vamos a tener en esta legislatura. Como la cuestión catalana. Creo que es mejor sortear esas contradicciones con un gobierno de cooperación con el PSOE dentro y Podemos fuera", ha dicho. Según Sánchez, el líder de Podemos "minusvalora" la crisis territorial. Él, en cambio, no descarta la aplicación de nuevo del artículo 155 de la Constitución, para suspender todas o parte de las competencias de la Generalitat si esta vuelve a la senda unilateral tras la sentencia del juicio al 'procés', que se espera para la vuelta del verano. "Yo no quiero aplicar otra vez el 155 ha dicho-. Pero mi deber es contemplarlo".