Desde su titánica resistencia en sus hogares, pocos españoles albergaban dudas ya de que tendrían que pasarse la próxima Semana Santa confinados en sus domicilios. La voraz propagación de la pandemia del coronavirus, que ayer se llevó por delante otras 400 vidas en España, ha forzado al Gobierno a anunciar una decisión más que previsible: la prórroga del estado de alarma por 15 días más. Hasta el 11 de abril, Sábado Santo. A efectos de la logística familiar más básica, ello significa que los más pequeños de la casa seguirán sin ir al colegio como mínimo hasta pasadas esas vacaciones primaverales. Y probablemente el éxodo que suele caracterizar esa semana festiva ha llevado al Gobierno a prolongar y a reforzar el confinamiento y las medidas para neutralizar cuanto antes la plaga el covid-19.

«Europa está en guerra contra el coronavirus y tenemos que responder con todas nuestras armas», apeló el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a la UE para justificar que, a partir de hoy y durante 30 días, España limita el acceso de viajeros a través de sus fronteras exteriores, las situadas en puertos y aeropuertos. Una medida, propuesta por la Comisión Europea y a la que los gobiernos europeos le dieron el visto bueno, de la que estarán exentos los españoles, los residentes en la UE, los trabajadores transfronterizos y el personal diplomático, sanitario y humanitario.

En su segunda comparecencia en menos de 24 horas, tras reunirse por videoconferencia con todos los presidentes autonómicos, Sánchez alertó de que se avecina «una ola muy dura» de contagios, cuyo impacto en la ciudadanía está desbordando las ucis de los hospitales desbordando las ucis y cebándose en en la población de mayor edad y en los heroicos profesionales de la sanidad. El 12% de los ya casi 30.000 infectados por coronavirus en España son médicos o personal de enfermería. De ahí que una de las nuevas medidas del Ejecutivo sea reforzar el papel del Ejército facultando a la Unidad Militar de Emergencias para que asuma el traslado de enfermos y el transporte y distribución de un material sanitario que se halla en números rojos en muchas comunidades.

Aunque las críticas no empañaron la imagen de unidad después de cinco horas de reunión telemática, los presidentes autonómicos exigieron al unísono a Sánchez, en tanto que mando único de la crisis, que les envíe con urgencia más material para hacer frente a la enfermedad y los test necesarios para diagnosticarla. De momento, este fin de semana, el Ministerio de Sanidad ha repartido por las comunidades 1.602.800 mascarillas.

Madrid, Galicia y la Comunidad Valenciana están fabricando material por su cuenta o a la espera de recibir recursos adquiridos en mercados internacionales. La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, reclamó al Gobierno que no bloquee el envío que está a punto de recibir una región que ya sobrepasa el millar de fallecidos.

TORRA BAJA EL TONO / Hasta el presidente de la Generalitat, Quim Torra, que una semana atrás se negó a suscribir una declaración conjunta con sus homólogos autonómicos, rebajó el tono de su reproche diario al Gobierno por no confinar territorios o restringir todavía más la actividad económica. Una demanda que, con matices, hicieron suya otros dirigentes autonómicos, como el andaluz Juanma Moreno, aunque todos evitaron el choque frontal y coincidieron en el tono «constructivo» que presidió la cita.

Sánchez rechazó tomar ahora medidas más drásticas y quiso dar oxígeno a las autonomías y los ayuntamientos para afrontar el otro gran drama del coronavirus: la alta mortalidad en el colectivo más vulnerable, las personas de mayor edad. Dos de cada tres fallecidos tenían más de 80 años y el 95% superaba los 60. Ante esta realidad, el Gobierno permitirá a las comunidades autónomas intervenir los geriátricos privados, y dotará a los ayuntamientos de recursos para agilizar el reparto a domicilio de comida y recursos a ancianos.

El presidente del Gobierno de Murcia, Fernando López Miras, ordenó ayer el cierre de toda actividad económica no esencial en la comunidad para frenar la pandemia del coronavirus. El Ministerio de Sanidad recordó al presidente autonómico que una orden de estas características sólo puede darla la autoridad competente, en este caso el ministro de Sanidad, como autoridad delegada en virtud de la declaración del Estado de alarma.