Pedro Sánchez, presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, ha acusado este domingo a la oposición de no tener escrúpulos y sí "mucha testosterona" por usar el dolor del pueblo venezolano para atacar al Ejecutivo, ha afirmado que el PP está cada vez más fundido con la ultraderecha y ha acusado a Ciudadanos de mercadear con los derechos de las mujeres.

Tenemos una oposición sin escrúpulos, que utiliza el dolor del pueblo venezolano para atacar a un gobierno que, como el resto de Europa, lo que dice es que haya elecciones democráticas, ha señalado en un acto en València.

Pero Sánchez también ha dirigido a esa otra izquierda y le ha dicho que la izquierda no tiene nada que ver con (Nicolás) Maduro, es todo lo contrario.

El influjo de la ultraderecha

El secretario general del PSOE se ha preguntado cómo un partido que se define como moderado como el PP puede pactar con Vox como ha ocurrido en Andalucía.

La derecha llegó tarde al derecho al aborto, al divorcio y al matrimonio entre personas del mismo sexo. Pero la gran diferencia entre el PP de antes y el de ahora es que al menos llegaban, tarde mal y a rastras pero llegaban, pero ahora ni llegan. Entre que se fundan y se refundan se están fundiendo con la ultraderecha, ha señalado.

Igualmente ha criticado a Ciudadanos por definirse como liberal y mercadear con los derechos de las mujeres en Andalucía. Además, ha apuntado que en pleno siglo XXI quien plante batalla a las mujeres como proyecto político va a perder seguro y va a ser expulsado por la mujer de la política.

Sánchez ha intervenido en el abarrotado pero coqueto pabellón de El Cabanyal-Canyamelar de València, donde unas dos mil personas han acudido a la presentación de los candidatos a las grandes ciudades de la Comunitat Valenciana y donde se ha mostrado confiado en ganar las europeas, las autonómicas y las municipales.

Entre los asistentes, la exministra Carmen Montón, que tras su dimisión y archivada la causa judicial por su máster, podría encontrar en la listas al Parlamento Europeo una puerta para regresar a la primera línea. También el ministro de Fomento, el valenciano José Luis Ábalos.

Ximo Puig, president de la Generalitat, ha agradecido a Sánchez que fuera el primer presidente que ha estado el 9 doctubre con nosotros, el cumplimiento de sus promesas en los PGE y le ha dicho que mantiene su exigencia de una financiación justa para la Comunitat y que todos los indicadores económicos y sociales han mejorado en esta autonomía respecto a hace cuatro años.

Puig ha advertido que vuelven a cabalgar los jinetes del racismo y xenofobia por Europa y por España y ha dicho que es el momento de recordar a las víctimas del nazismo y decir que no volverá a pasar.

No vamos a mirar hacia el otro lado ante cualquier provocación de la extrema derecha o de la derecha que apoya a la extrema derecha, ha insistido. Hay un lío en el carril de la extrema derecha, están todos apelotonados y no se sabe quién está más a la derecha, ha afirmado.

A las derechas, las vais a parar las mujeres. Ha sido un error confrontar con vosotras. No vamos a dar ni un paso atrás, ni las mujeres ni los hombres que queremos a las mujeres, ha afirmado.

La batalla de València

Sandra Gómez, candidata a la alcaldía de la capital valenciana, ha pedido una movilización para frenar el fanatismo. Lo que nos jugamos es que València la domine el odio o la alegría, el machismo o la igualdad, la intolerancia o la libertad, ha apuntado.

Que ningún fanático decida el rumbo de esta ciudad, ha reclamado tras preguntarse Cómo va a ganar el odio en la ciudad que lloró la pérdida de Carmen Alborch?.

La ciudad que somos se parece mucho más la ciudad por la que luchó Carmen a la València rancia que quieren imponeros, ha apuntado.

València no es el parque temático que quería Rita Barberá y nos quería vender todos los días, son sus barrios, ha apuntado antes Mercedes Caballero, secretaria general de los socialistas en la provincia de Valencia.

Gómez de mostró abierta a repetir el pacto de progreso con Compromís y Podem, que iría con Esquerra Unida, y apenas lanzó una pulla a sus actuales socios, con los que no han faltado diferencias, para pedir que se hable del carril bici pero también de un transporte público que sea de calidad y de que la movilidad ha de salir del terreno del conflicto.