La Generalitat intentó ayer implicar al Rey en la partida de ajedrez que mantiene con el Gobierno español. Lo hizo a través de una carta firmada por Quim Torra y sus dos antecesores -Artur Mas y Carles Puigdemont- llena de reproches hacia el papel de Felipe VI en los acontecimientos de los últimos meses relacionados con Cataluña. Un post scriptum de Torra solicitaba al Monarca que «encuentre un momento» para reunirse con él mañana, aprovechando que visita Tarragona para inaugurar los Juegos Mediterráneos. La respuesta de la Casa del Rey fue fulminante: acusó recibo y reenvió la carta a Pedro Sánchez, para dejar claro que entiende que el interlocutor de la Generalitat para asuntos políticos es el Gobierno.

Pocas horas después se evidenció que esa vía es también por la que quiere encauzar Sánchez la restauración de las relaciones con la Generalitat. La Moncloa desveló que la reunión prevista entre el presidente español y el catalán tendrá lugar el 9 de julio. Sánchez recibirá al lendakari Iñigo Urkullu el 25 de junio, y después se verá con el president, en el orden anunciado hace unos días. El entorno de Sánchez asegura que en las conversaciones preparatorias, que han encabezado la ministra Meritxell Batet y la consejera Elsa Artadi, ha quedado claro que se trata de la primera fecha disponible. El presidente del Gobierno tiene interés en escenificar el cambio de etapa después del enfrentamiento abierto que mantenían Rajoy y Puigdemont.

El Govern ya preveía que la carta que Torra, Mas y Puigdemont enviaron a Felipe VI caería en saco roto en cuanto a la petición de un encuentro entre ambos, pero le interesaba fijar la posición del independentismo con respecto al monarca en el nuevo ciclo. En la misiva, los tres presidents piden a Felipe VI gestos de distensión hacia Cataluña, que abandere una nueva etapa de «diálogo» y que aproveche la visita a Tarragona para «reparar y recoser lo que la violencia, la represión y la persecución contra el referéndum del 1-O provocaron».

EL DISCURSO DEL 3-O / El presidente de la Generalitat resumió la carta durante la sesión de control celebrada en el Parlamento catalán diciendo que «el Rey tiene que hablar». En concreto, Torra exigió que Felipe VI dé una explicación sobre su discurso televisado del 3 de octubre pasado, que indignó al soberanismo.

«No puede ser que el Rey no se nos dirija a todos los catalanes explicando qué pasó para que hiciera un discurso como ese. Nadie puede imaginarse a [David] Cameron enviando a policías a pegar a los escoceses, ni que la reina de Inglaterra hiciera un discurso como el que hizo el rey de España», añadió.

En el discurso que pronunció Felipe VI tras el referéndum del 1-O garantizó que se mantendría el «orden constitucional» ante la «deslealtad inadmisible» de Puigdemont. «Abristeis una herida considerable en muchos ciudadanos que no habrían pensado nunca que el jefe de Estado daría su aprobación a la violenta represión de la policía contra ciudadanos completamente pacíficos», dice el escrito de los tres presidentes catalanes.

Torra, Puigdemont y Mas subrayan la mayoría parlamentaria del independentismo y orillan su porcentaje de apoyo en las urnas, y añaden que quieren «implementar el mandato popular por vías pacíficas y democráticas, y priorizando el acuerdo con el Gobierno español» dando «la palabra a la ciudadanía de Cataluña».

No habrá reunión formal, pero el Govern sigue sin aclarar si el president sí compartirá al menos espacio con el Rey en Tarragona. Está previsto que ambos estén junto al presidente del Gobierno en el palco del Nou Estadi, en un acto en el que no habrá discursos. Pero el equipo de Torra todavía calibra si evita o no la foto con el Monarca. De momento, el presidente de la Generalitat consultará el asunto con Puigdemont, con quien se reunirá hoy.

El jefe de la Casa del Rey, por encargo de Felipe VI, trasladó a Pedro Sánchez la carta «de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 64.1 de la Constitución», según informaron fuentes de la Zarzuela. El artículo dice que «los actos del Rey serán refrendados por el presidente del Gobierno y, en su caso, por los ministros competentes». Tras conocer la respuesta, Torra insistía: «Me extrañaría mucho que el Rey no tenga ni 10 minutos para reunirse conmigo».