En la primera de sus media docena de visitas a Cataluña previstas en el próximo mes, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, arremetió ayer contra la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, tras la ruptura del pacto de gobierno municipal con el PSC. Fue en la clausura de la reunión del Consejo de la Internacional Socialista, en la que el líder del PSOE deploró que Colau se haya decantado «del lado equivocado» (entiéndase el independentista) tras meses de equilibrios, al tiempo que cuestionaba a las izquierdas que se «subordinan» a un independentismo cuya argumentación se basa en la «insolidaridad territorial».

Según Sánchez, la izquierda propugna la «igualdad radical en los hombres y mujeres» y la conquista de derechos sociales frente a quienes provocan la exclusión en detrimento de la diversidad. No hay ninguna «causa de izquierdas», concluyó, en la causa del secesionismo. «Las vías unilaterales traen pobreza, aislamiento y ruptura social», remachó.

El líder del PSOE cargó también contra «la enorme ceguera» de «las derechas» en los últimos años frente al desafío independentista. Sus críticas arreciaron en especial contra el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, por llevar a cabo una política que enfrenta territorios y por gobernar «sin escuchar» a la ciudadanía catalana «ni contar» con ella. «Quienes no comprendan la diversidad difícilmente van a poder gobernar», concluyó.

Junto a Sánchez se encontraba el candidato del PSC al 21-D, Miquel Iceta, cuyos mensajes en una mañana frenética (con tres actos) fueron sincronizados con los del líder del PSOE, descartando toda posible alianza con los independentistas tras las elecciones. Durante una conferencia en S’Agaró, Iceta señaló como «causantes del descrédito» a Carles Puigdemont y a Oriol Junqueras, y reclamó que «no vuelvan a gobernar» para evitar «el desastre».

El primer secretario del PSC apeló a los votantes que buscan «orden y progreso» y reconoció que para su proyecto requerirá, sin hablar de posibles pactos poselectorales, de «votos y abstenciones». Buscando ser el referente centrista y moderado para pescar en el caladero de la antigua CiU, pidió un «cambio de rumbo hacia la estabilidad, el sentido común y la prosperidad».