Muy castigado desde el punto de vista político tras su brusca rectificación sobre la forma en que los menores volverán a salir a la calle, Pedro Sánchez ha dibujado este miércoles en el Congreso un escenario de moderado optimismo. Durante su comparecencia para solicitar al Parlamento la autorización para prorrogar 15 días más el estado de alarma frente al coronavirus (hasta el 9 de mayo), el presidente del Gobierno ha anunciado que la desescalada, cuyo primer paso son los paseos de los niños, será "lenta". Según cómo evolucionen los datos de la pandemia puede haber "pasos atrás". Es decir, una vuelta a las medidas más restrictivas.

[Sigue aquí en directo las últimas noticias sobre el coronavirus en Córdoba]

"Es la primera vez que pido la prórroga del estado de alarma con un escenario prudentemente optimista, vislumbrando cómo podría ser la vida una vez superada la fase aguda de la crisis. Podemos empezar a diseñar la desescalada. Tenemos que ser extremadamente cautelosos en esta fase. Cualquier optimismo debe ir acompañado de la imprescindible prudencia. Las reglas del confinamiento variarán para ajustarse a los nuevos escenarios. La desescalada será lenta y gradual", ha dicho el jefe del Ejecutivo, que ha pasado entonces a referirse a las salidas de la infancia.

Esta medida, reclamada por las comunidades autónomas y padres, después de que España haya sido durante este mes y medio desde que se decretó el confinamiento general el país más estricto en cuanto a la posibilidad de que los niños salgan a la calle, fue adoptada el martes por el Gobierno a través de mensajes contradictorios.

Primero, tras el Consejo de Ministros, la portavoz, María Jesús Montero, anunció que los menores solo podrían dejar sus domicilios a partir del lunes de la semana que viene para acompañar a sus progenitores o cuidadores a realizar la compra, pese al riesgo que eso implicaba, ya que los supermercados (cerrados y repletos de personas y objetos) son lugares donde el contagio es más probable que los espacios abiertos. Tras las críticas de toda la oposición, a la izquierda y la derecha del Ejecutivo, y también de parte de los propios ministros (sobre todo los de Podemos, pero no solo), el ministro de Sanidad, Salvador Illa, compareció cinco horas después para rectificar. Los niños podrían dar "paseos" desde el domingo, explicó sin dar más detalles, remitiéndose a que las concreciones se comunicarán a lo largo de los próximos días.

El brusco cambio de parecer ha dado munición a la oposición, que ya ha criticado con dureza la compra de material sanitario defectuoso, la confusión en torno al decreto de paralización de la economía (una medida ya dejada atrás), las rectificaciones sobre la renta mínima y el presunto "lapsus", del jefe de Estado Mayor de la Guardia Civil, José Manuel Santiago, que señaló, en una declaraciones después corregidas, que estaba trabajando para "minimizar el clima contrario a la gestión de la crisis por parte del Gobierno".

El "alivio"

Sánchez se ha referido a los paseos de los menores como un "pequeño alivio", una expresión que ya empleó el sábado pasado, cuando anunció la medida sin aclarar cómo se iba a aplicar. "Pero este pequeño alivio no altera lo más importante: la regla del confinamiento general, que continúa en vigor", ha subrayado.

"Este real decreto de prórroga es diferente a los anteriores. Va a permitir empezar a desescalar. Lo que propone el Gobierno habilita al Ministerio de Sanidad a modificar, ampliar o restringir las actividades permitidas. Vamos a dar pasos adelante y hacia atrás en los distintos territorios", ha concluido el presidente, que no tendrá problemas en recibir el apoyo del Congreso a la prórroga del estado de alarma.

Pero eso no significa que la oposición vaya a ahorrar en críticas. El brusco cambio de parecer ha dado munición a la oposición, que ya ha criticado con dureza la compra de material sanitario defectuoso, la confusión en torno al decreto de paralización de la economía (una medida ya dejada atrás), las rectificaciones sobre la renta mínima y el presunto "lapsus", del jefe de Estado Mayor de la Guardia Civil, José Manuel Santiago, que señaló, en una declaraciones después corregidas, que estaba trabajando para "minimizar el clima contrario a la gestión de la crisis por parte del Gobierno". Todas estas polémicas han estado presentes durante el Pleno del Congreso.

Casado apoya con duras críticas

El PP volverá a apoyar la prórroga, como todas las anteriores, pero su líder, Pablo Casado, se ha mostrado muy duro. Primero, ha pedido un minuto de silencio "en honor de las 22.000 víctimas mortales por el coronavirus en España". Entre ellos, su tío, que falleció el martes. "No es de recibo que una nación que se respeta a sí misma no sea capaz ni siquiera de contar a sus muertos", ha señalado, en referencia a los recientes cambios metodológicos a la hora de calcular los decesos por el virus.

"¿Cómo es posible que haya 700 víctimas mortales en Portugal y nosotros tengamos 22.000?", se ha preguntado el líder conservador, antes de argumentar que si se hubieran tomado las medidas de confinamiento "una semana antes", se hubieran "evitado" más del 60% de los contagios. Casado, en cualquier caso, no pidió decretar el estado de alarma con esa antelación. "No diga que han pecado de prudencia, han pecado de incompetencia. Con nuestros hijos no se juega. Con nuestra salud, tampoco", ha señalado el líder conservador.

Aún más duro ha sido Santiago Abascal. "Paguen las nóminas y váyanse", ha terminado diciendo el líder de Vox, que no apoyará la prórroga. "Sin test, ya nadie se cree los datos del Gobierno. Los fallecimientos son muchos más", ha argumentado el dirigente ultra, que ha acusado al Gobierno de ser "incapaz de acabar con este masivo arresto domiciliario" y ha incidido en la monitorización de las redes sociales, frente a los bulos sobre el virus y la gestión de la pandemia, para preguntarse: "¿Van a prohibir el ejercicio del derecho de la oposición?".

Los socios también atacan

El respiro tampoco le ha llegado a Sánchez de los socios tradicionales del Gobierno, como ERC. "Nos volvemos a abstener. Una abstención más cercana a 'no' que nunca", ha anunciado el portavoz republicano, Gabriel Rufián. Su socio en el Govern de Catalunya, JxCat, votará en contra. Rufián ha pasado a detallar los presuntos "tres errores" del Ejecutivo frente al virus. Primero, no mantener la paralización de los sectores no esenciales de la economía, porque "no se entiende que no se pueda ir a un velatorio pero sí se pueda ir en metro a trabajar". Segundo, el "oportunismo recentralizador", dado que el estado de alarma conlleva el mando único del Ministerio de Sanidad. Y tercero, los errores de comunicación, con especial incidencia en las polémicas palabras del general Santiago. "Dan pavor", ha dicho.

El portavoz republicano también ha cargado, sin nombrarlo, contra el ‘conseller’ de Interior, el posconvergente Miquel Buch, por su enfado ante el número de mascarillas enviadas por el Gobierno a Cataluña: 1.714.000, cifra que el dirigente de la Generalitat ligó a la fecha del asalto de Barcelona por parte de las tropas de Felipe V. Para Rufián, Buch, con su "numerología conspiranoica", se comportó como un "fanático".

En un plano más puramente político,el republicano ha pedido reactivar la "mesa de diálogo" entre el Gobierno y la Generalitat para abordar una "solución política" a la crisis territorial catalana, que el PSOE y ERC pactaron a cambio de la abstención del partido de Oriol Junqueras en la investidura de Sánchez. "Le insto a volver a convocarla en cuanto termine el estado de alarma, y en cualquier caso no más tarde de junio", ha pedido. Sánchez, de momento, se encuentra volcado en la llamada "mesa de reconstrucción" frente a la crisis del coronavirus, que al final, atendiendo a las peticiones del PP, será una comisión en el Congreso de los Diputados. En su primera intervención, el presidente ha pedido que este enfoque de "unidad" en la respuesta también se extienda a las comunidades autónomas y los ayuntamientos.

Desde Junts per Catalunya (JxCat), Laura Borràs, que en esta ocasión si ha intervenido en el hemiciclo, ha desplegado un discurso de ataque al Gobierno con una severidad similar a la del PP y sin mano tendida ni autocrítica por la gestión de la Generalitat, informa Fidel Masreal. "Se les ha acabado el crédito, otro estado de alarma es posible, con coordinación, descentralización, devolviendo las competencias y con un plan de desconfinamiento elaborado por expertos, necesitamos ofrecer garantías", ha asegurado Borràs. Ante lo que ha calificado de "155 sanitario, policial y digital, ineficiente e ineficaz", la posconvergente ha pedido un "Gobierno con estrategia"