Después de 39 años de reinado y cinco retirado de manera parcial, la Zarzuela comunicó ayer que Juan Carlos I ha decidido dar un paso atrás de manera definitiva y dejará de «desarrollar actividades institucionales». La fecha elegida para ese adiós será el próximo domingo, 2 de junio, cuando se cumplirán cinco años exactos del anuncio de la abdicación. En total, 44 bajo los focos: desde la Transición democrática, en la que Juan Carlos tuvo un papel clave, hasta esta década, en la que llegó el declive de su figura por el estallido del escándalo de corrupción de su yerno Iñaki Urdangarin y la cacería en Botswana.

La Casa del Rey dio a conocer a media tarde la carta que el Monarca emérito mandó a su hijo, Felipe VI, para comentarle su deseo y oficializar su decisión. En la misiva, Juan Carlos asegura que en estos últimos años, desde la abdicación, ha desarrollado actividades institucionales con «el mismo afán de servicio a España y a la Corona» que inspiró su reinado, pero cree que ha llegado el momento de «pasar una nueva página» y «completar» su «retirada de la vida pública».

El último acto en el que participó fue la entrega del Premio Órdenes Españolas 2019 al historiador Miguel Ángel Ladero en el Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, el pasado día 17. El Rey emérito no tenía ninguna actividad programada para esta semana. En estos últimos cinco años, asistió a unas 120 actividades oficiales, entre ellas nueve viajes a Iberoamérica. En el 2012, cuando todavía ostentaba la Corona, había acudido a 70.

EL ACTO DEL CONGRESO / Juan Carlos, que arrastra problemas de salud desde hace dos décadas con numerosas operaciones por sus problemas de movilidad, comenta en su carta que empezó a pensar que tenía que dar un paso atrás el año pasado, cuando celebró 80 años y también se conmemoró el 40º aniversario de la Constitución en una sesión solemne en el Congreso. Fue, señala en la misiva, un acto emocionante para él, que le hizo evocar «con orgullo y admiración» el recuerdo de «tantas personas» que contribuyeron a hacer posible la transición política y «renovar» su sentimiento de «permanente gratitud» hacia el pueblo español, el «verdadero artífice y principal protagonista» de aquella trascendental etapa. «Tomo esta decisión desde el gran cariño y orgullo de padre que por ti siento, con mi lealtad siempre. Un grandísimo abrazo de tu padre», acaba la carta.

La Monarquía ha vivido esta última década una grave crisis institucional debido a la instrucción judicial del caso Nóos, por el que Urdangarin está en la cárcel, y también por la relación personal de Juan Carlos con Corinna zu Sayn-Wittgenstein.

La empresaria alemana fue pareja del exjefe del Estado durante unos años y la opinión pública la conoció a raíz del accidente que el Monarca emérito sufrió en Botswana, adonde había ido a cazar elefantes.

LA GRABACIÓN / Hace menos de un año, el excomisario José Manuel Villarejo, en la cárcel y durante años uno de los jefes de las cloacas policiales, intentó comprometer al rey Juan Carlos con una grabación hecha por el expolicía en la que se escucha a Corinna asegurar que su antiguo amigo había desempeñado un rol clave en el Instituto Nóos y que llegó a pedir dinero para esa entidad que gestionaba Urdangarin.

Con esta retirada total de la vida institucional, cualquier información acerca de la larga vida profesional de Juan Carlos quedará todavía más alejada de la figura de su hijo, Felipe VI. Durante estos últimos cinco años, la Zarzuela evitó comentar las graves acusaciones que se vertían sobre el Rey emérito o cualquier polémica que le afectara.

Según fuentes de la Casa del Rey, seguirá siendo miembro de la familia real (junto a Felipe, Letizia, las infantas Leonor y Sofía y la reina Sofía), mantendrá su consideración de Rey y su condición de aforado, como parlamentarios, policías, jueces y fiscales.

Esas mismas fuentes aclararon que la reina Sofía seguirá desarrollando su actividad institucional.