Mariano Rajoy ha dado este miércoles una primera muestra de la actitud con la que afrontará los dos próximos días la moción de censura presentada por el PSOE. El presidente del Gobierno no ha asumido ninguna responsabilidad, ha acusado a Pedro Sánchez de hacer “chantaje”, ha considerado que la oposición se comporta como “Torquemada” y ha negado que la sentencia del ‘caso Gürtel’ afecte al PP. En ella, los magistrados niegan credibilidad al testimonio del propio Rajoy y concluyen que el grupo empresarial de Francisco Correa y el PP tejieron “un auténtico y eficaz sistema de corrupción institucional” a través de la “manipulación de la contratación pública central, autonómica y local”.

Pero el jefe del Ejecutivo se ha comportado como si nada de esto tuviera importancia. “La sentencia no condena a nadie del Gobierno y a nadie que sea hoy día militante del PP. No condena al PP como algunos se empeñan y aclara que el PP no conocía esos hechos”, ha dicho el líder conservador durante la sesión de control al Gobierno, preámbulo de la moción de censura.

A preguntas de la socialista Margarita Robles y del republicano Gabriel Rufián, el presidente ha intentado desplazar el foco hacia Sánchez y su “inquisitorial planteamiento”. A su juicio, “ha regresado Torquemada”. Porque no es a Rajoy a quien se le deberían exigir “responsabilidades políticas”, según su esquema, sino al secretario general del PSOE. “Quiere ser presidente de cualquier manera, pero sin pasar por las urnas. Si pasa por las urnas, es incapaz de llegar a la presidencia. Tiene que utilizar atajos y sistemas torticeros”, ha dicho Rajoy.

El "Gobierno Frankenstein"

Para el jefe del Ejecutivo, la iniciativa del PSOE supone un “chantaje” al resto de grupos de la oposición. Por un lado, a Ciudadanos. Y por otro, a los independentistas catalanes y a los nacionalistas vascos, a quienes ha etiquetado, en una expresión que ha tomado prestada de Alfredo Pérez Rubalcaba, de miembros de un hipotético “Gobierno Frankenstein”.

“La moción de censura tiene siempre a Podemos. Pero el PSOE les está diciendo a los del Gobierno Frankenstein: ‘Cuidado, que si no me votáis tengo que pactar con Cs y adelantar elecciones’. Y le está diciendo a Cs: ‘Cuidado, que ni me votáis, tengo que irme con el Gobierno Frankenstein’. Es decir, les está chantajeando a todos ustedes”, ha concluido Rajoy, que ha sido recibido por los diputados del PP con un cerrado aplauso después de entrar en el hemiciclo con cinco minutos de retraso.

Ambiciosos y preadolescentes

En la misma línea que Rajoy la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, ha buscado deslegitimar la moción de censura. Ha acusado al PSOE de promover una "moción por ambición" para "hacerse con un poder que no ganan en las urnas" y ha recordado a los socialistas el caso de los ERE en Andalucía. También ha repartido dardos a Unidos Podemos. Ha acusado al partido morad y sus confluencias de vivir "en la preadolescencia política", de sumarse a "cualquier foco de inestabilidad" y de tener "las conductas más burguesas de la bancada", en referencia al escándalo del chalet de Pablo Iglesias e Irene Montero.

Santamaría ha reprendido al portavoz de los 'comuns', Fravcesc Vendrell, quien había pedido al Gobierno la dimisión, por las contradicciones entre su posición en Barcelona y en Madrid. "No se puede ser independentista en Catalunya y venir aquí a dar lecciones", ha señalado la vicepresidenta. Y ha lanzado una advertencia.

"Este Gobierno estará pendiente de los hechos. No se sumen ustedes a cualquiera que quiera desestabilizar. Les acaba afectando a ustedes mismos. ¿O están ustedes orgullosos de los resultados de Xavier Domènech [el 21-D]?